Problemas internos o externos a la empresa no significa que se esté acabando el mundo, sino lo contrario: abre la puerta a nuevas oportunidades.
Por Redacción TNE
Los entrepreneurs se enfrentan a obstáculos de todo tipo desde que se levantan por las mañanas hasta que finalmente concilian el sueño, desde tratar de satisfacer a los inversores hasta lidiar con complicaciones inesperadas o entregar un nuevo producto al mercado. Es por esto que no todo mundo está hecho para navegar aguas turbulentas, sobre todo si los problemas vienen tanto de adentro como afuera de su empresa.
En fin, estos son los emprendedores que convierten en ventaja lo que parece ser una interminable serie de dificultades; mientras otros corren despavoridos, ellos mantienen la calma y aprovechan las oportunidades. Estas son las personas que guían a sus organizaciones al éxito, tal como alguna vez lo dijo Andrew Grove, ex CEO de Intel: “Las malas empresas son destruidas por la crisis, las buenas la sobreviven y las grandes salen más fuerte aún”. ¿Qué puedes hacer para tener ese mismo ímpetu en momentos apremiantes?
Mantén la cabeza fría
No importa que sufras un terrible revés durante tus primeros años en el negocio, evita a toda costa que te hierva la sangre. Las personas altamente exitosas aprenden a relajarse, manteniendo sus pensamientos intactos para cuando llegue la tan anhelada oportunidad.
No te sobre límites hasta no tener energía; aunque te guste poner manos a la obra en cada división de tu emprendimiento, este no es el momento. Aprende a delegar de manera efectiva para enfocarte sobre las tareas que no puedes dejar en alguien más.
Finalmente, ten cuidado de tu persona: considera la posibilidad de que tu cuarto sea un lugar exclusivo para descansar y relega los dispositivos a la oficina. Una sola noche de buen sueño te hará despertarte más renovado y con mayor energía mental, física y emocional para el día siguiente.
Despierta la creatividad
Si bien un estado de crisis presenta una serie de complicaciones a las cuales nadie le gusta enfrentarse, también abre una puerta de nuevas oportunidades que están al alcance de cualquiera que se digne a tomar la batuta. Aprovecha sobre todo, que probablemente habrá menor competencia en todos los ámbitos gracias a otras personas que ondean la bandera de la especulación en vez de tomar acción.
En tiempos apremiantes tenemos que adoptar nuevas formas de pensar. El pensamiento convencional y las soluciones directas no llegarán a satisfacer las necesidades cambiantes de los consumidores, del mercado o las restricciones de presupuesto. Es hora de sacar la pluma del tintero y comenzar a ejercitar los músculos cerebrales para pensar en nuevas e innovadoras formas de transformar tu entorno.
En todo momento habrá falta de certeza y especulación, pero está en manos de cada quien potenciar esa incertidumbre en algo que ayude a cada empresa a llegar al siguiente nivel.
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