Los Factores Críticos de Éxito (FCE) representan las estrategias que asegurarán la optimización del funcionamiento de la empresa y lograrán que se acerque cada vez más a la excelencia.
Por Jaime Bárcenas Ramos
De un modo resumido, los FCE se pueden definir como componentes o variables clave de una organización, cuyo correcto desarrollo asegura el progreso satisfactorio de sus procesos y actividades. Su planteamiento se basa en dos premisas fundamentales: la minimización del riesgo y la maximización de los resultados.
En varios proyectos en los que he tenido oportunidad de participar, he identificado dentro de las características que poseen los Factores Críticos de Éxito cuatro aspectos fundamentales:
1. Están estrechamente ligados con la dinámica interna de la empresa. Actividades, procesos, organigrama, gestión y disponibilidad de recursos, así como relación con sus clientes y proveedores; y además se encuentran fuertemente influenciados por el entorno económico, social y cultural en donde se desenvuelve la compañía.
2. Constituyen elementos vitales de la organización que definen la supervivencia o competitividad de la empresa a la que se refieren. Su determinación como variables “que no pueden fallar” delimitan las actuaciones mínimas que se deben controlar y asegurar.
3. Son específicos de cada negocio y compañía. El éxito de planes, objetivos o acciones estratégicas de cada organización requieren de su correcta determinación.
4. Se delimitan dentro de un marco temporal específico. Las condiciones cambiantes de los procesos internos de la empresa y actuación de “medios externos” (ambiente, competidores, preferencias de clientes, etc.) las obligan a su continua revisión.
La identificación de los FCE comienza con el análisis del negocio, observando productos y servicios, así como los clientes, proveedores, competidores, líneas de trabajo, etc. De un modo simultáneo se analiza a los “actores” con intereses en la empresa: accionistas, clientes, proveedores, personal, gerentes, etc. delineando el conjunto de procesos que “abastecen” el negocio.
Estas condiciones o variables, cuando están debidamente soportadas, conservadas y administradas tienen un impacto significativo en el éxito de la empresa que compite en una industria específica.
La definición de los mismos obliga a la organización a definir las actividades más relevantes y a concentrar posteriormente sus esfuerzos en un menor número de elementos vitales, lo cual evita la dispersión de los recursos y mejora la eficiencia del trabajo desarrollado por la empresa.
La relación entre los Factores Críticos de Éxito y el logro de los objetivos estratégicos es directa. La compañía necesita alcanzar los mejores resultados para lograr el éxito, siendo el vínculo directo para comprobar la evolución de cada área. Su control a través de un “criterio de medida” en este caso, deriva la importancia del FCE, al cual se ha determinado un valor objetivo a conseguir.
Aquellos elementos que más son tomados en cuenta y podríamos enumerar son: el liderazgo, las habilidades y entrenamiento del equipo, el apoyo de la alta dirección, el establecimiento de metas y objetivos claros, el compromiso y motivación del equipo, la comunicación transversal, las sinergias entre áreas y la orientación para satisfacer al cliente.
Estos factores se establecen como indicadores que varían de una empresa a otra y que se encuentran relacionados con la cultura organizacional, pero que deben ser abordados para garantizar que la entidad opere con eficiencia.
El proceso que nos lleva a la determinación de los FCE y la precisión de la metodología de su medición es tan importante como las estrategias definidas por la compañía, por lo cual los recursos y el tiempo que se dedique resultan clave para el éxito de cualquier empresa.
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