Lo que define qué tan alto llegamos en nuestras expectativas y metas es la manera en que manejamos nuestras emociones.
Por Redacción TNE
Muchas veces cuando pensamos en los rasgos y fortalezas más importantes que requiere una persona al buscar el éxito como emprendedor, nos llegan a la mente cualidades como la habilidad de relacionarse, carisma e ingenio. Estos son atributos que cualquier líder de empresa debe tener; sin embargo, no son los únicos que se necesitan y es posible que ni siquiera sean los más importantes.
Primero tenemos que creer que podemos hacerlo y tener la autoestima suficiente para lograr el éxito. El arte de reconocer y manejar tus emociones es vital al momento de buscar trascender en la vida y los negocios, no sólo porque te ayuda a mantener una estabilidad en momentos difíciles, sino también puede crear un ambiente de trabajo positivo.
Los golpes en la vida, como tener que cerrar el establecimiento que tanto esfuerzo nos costó abrir, serán constantes. Lo importante es saber levantarse ante los problemas y evitar quedarnos estancados, pero no todos lo logran.
¿Por qué es tan difícil manejar tus estados de ánimo?
Esta destreza no se aprende en la escuela donde te enseñan a sumar, restar, biología y un sinfín de otras materias; sin embargo, de pequeños no aprendemos a gestionar nuestras emociones. Desde que éramos niños nos han instruido a bloquear lo que sentimos, a colocarnos barreras (los hombres no lloran) o placebos para hacernos olvidar (una paleta cuando el doctor te ponía una inyección).
Esto lo único que ha logrado es que a fin de cuentas nadie nos haya enseñado a vivir y manejar el enojo, la tristeza o el miedo y terminamos creciendo como analfabetos emocionales. Nunca algo o alguien externo te hará cambiar en tu interior, las intenciones deben venir de ti mismo.
Entiéndete a ti y a lo que te estimula
Ser emocionalmente consciente te ayudará a identificar cómo reaccionas en diferentes circunstancias. Las personas que lo hacen son capaces de ver qué les hace felices con su trabajo, qué los motiva, qué los molesta y qué los impulsa a reaccionar negativamente ante los demás. Ver y entender estas cosas te ayudará a dominar y manejar tus propias emociones.
La autoconciencia es la capacidad de percibir con precisión tus emociones y mantenerte al tanto de ellas a medida que suceden. La autogestión es tu habilidad de usar ese conocimiento para mantenerte flexible y dirigir tu conducta de manera positiva. Estos dos elementos son vitales a fin de lograr tus objetivos.
Considera la siguiente situación por ejemplo, vas saliendo de un meet & greet con participantes activos dentro del ecosistema y por azares del destino, terminas tomando un elevador con uno de los inversores más importantes. Es obvio que la vergüenza te invadirá, pero hacer o no ese pitch puede marcar la diferencia a la hora de conseguir el capital que tanto esperas. El emprendimiento se trata de transformar las emociones negativas en el impulso necesario para hacer las cosas.
¿Cómo lograrlo?
El camino comienza en el cerebro, en la espina dorsal. Tus sentidos primarios entran aquí y deben viajar al frente de éste antes de poder pensar racionalmente sobre la experiencia que estás viviendo. Esto que te está pasando primero viaja a través del sistema límbico, donde se generan los sentimientos. Entonces, tenemos una reacción a los eventos antes de que el aspecto racional pueda siquiera darle significado. La inteligencia emocional es el balance entre el lado racional y emocional de la mente.
A medida que te entrenas practicando repetidamente nuevos comportamientos, tu cerebro construye los caminos necesarios para convertirlos en hábitos. En poco tiempo, comienzas a responder a tu entorno sin siquiera tener que pensar en ello. Así como tu cerebro refuerza el uso de nuevas conductas, las conexiones que respaldan las conductas antiguas y destructivas morirán a medida que aprendes a limitarlas.
Tener esta clase de estabilidad te ayudará a construir y hacer crecer tu negocio de la mejor manera sin caer en un “bache” al momento que las situaciones no se alineen a tu favor, sintiéndote más tranquilo y con más confianza en ti mismo en el proceso.
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