Una visión diferente del mundo te trae grandes beneficios para tus actividades en el trabajo. Acepta el reto de cambiar tu mentalidad.
Por Redacción TNE
Todos hemos pasado por ese momento dentro de la oficina en el que solamente queremos que el reloj marque la hora de salida para volver a casa. No importa que tan bien hayas comenzado el día, de pronto te verás ante un incidente que hará que te caigas anímicamente o que levantes la cabeza y veas con optimismo lo que te depara el resto de la tarde.
Si te importa tu trabajo y sientes que esto ha llegado a afectar tu día a día laboral, es momento de tomar los pasos necesarios para levantar tu moral y demostrar a tus compañeros que una buena actitud es justo lo que se necesita para hacer la jornada lo más placentera posible y así cumplir con tus metas en cada ocasión.
Encuentra lo positivo entre lo negativo
Una de las maneras más sencillas de comenzar a cambiar tu mentalidad, recae en ver las cosas con otros ojos. Si durante tus horas de trabajo te encuentras ante una situación que presenta un obstáculo, en vez de pensar en lo malo, tómalo como un área para mejorar. Tarde o temprano, comenzarás a ver los problemas como oportunidades y no como molestias.
Rodéate de gente positiva: tus relaciones personales juegan una parte muy importante en tu visión del mundo. Si te juntas con personas que disfrutan lo que hacen, en dónde lo hacen y que se preocupan por tener nuevas ideas, te será más fácil tener buenas actitudes.
Sin embargo, si te rodean colaboradores tóxicos o que lo único que hacen es quejarse, corres el riesgo de caer en los mismos vicios. En estos casos lo mejor es tomar descansos y salir a caminar en vez de escuchar el constante drama.
Escucha cómo hablas: la hipótesis de Sapir-Whorf menciona que la estructura del lenguaje de una persona afecta su visión del mundo y la manera en cómo piensa. Esto quiere decir que si comienzas a meter el “sí” en vez del “no” dentro de tu vocabulario, comenzarás a sentir la diferencia en cómo percibes tu entorno.
Asume responsabilidades: si llegas a cometer un error durante tu jornada y te rehúsas a reconocerlo con el fin de no perder tu buen estado de ánimo, te estás perjudicando más de lo que te beneficias. Si tomas esta actitud, no podrás corregir en lo que te equivocaste y te pondrá en el mindset de víctima.
Recuerda que tu respuesta a todo estímulo tiene un efecto en el resultado, aún y cuando el evento esté fuera de tu control.
Ten tus propias metas: así como las empresas tienen su misión y visión, tú también debes contar con objetivos personales. De esta forma, sabrás definir tu propósito en la oficina, de lo que trata tu vida y lo que te motiva para salir adelante. Puedes recurrir a esto cada que estés confundido acerca de a dónde te diriges.
Recuerda también que las metas son la prueba de que estás trabajando para algo y el avance que das hacia ellas, la evidencia de que estás avanzando.
Cuida tu cuerpo: puede sonar trillado, pero el primer paso para estar bien contigo mismo es cuidar tu bienestar. Si no tomas tus horas apropiadas de sueño, te arriesgas a comenzar el día de mal humor; si no comes de manera saludable, estarás hambriento o lleno el resto del día y no podrás concentrarte al máximo; finalmente, si no te ejercitas, estarás a la merced del cansancio mental. Recuerda que la activación física le hace bien a tu cerebro, mejora tu memoria y agiliza tu pensamiento crítico.
¡Deja de quejarte!
Este punto engloba todas las situaciones anteriores pues lamentarse no resuelve problema alguno. Si ves todo siempre en una luz negativa, te estarás dirigiendo hacia un camino de insatisfacción que pocos dividendos te traerá. Además, las quejas son familiares de las excusas y del lenguaje negativo. Hoy es el día para dejar de buscar pretextos y comenzar a tomar acción en lo que tenemos por mejorar.
Parecería poco, pero un pequeño cambio de actitud y en la forma de ver las cosas, te traerán grandes beneficios que después podrás inculcar en tus compañeros para fomentar un gran ambiente laboral.
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