Por Redacción TNE
Las aves del mismo plumaje vuelan juntas. ¿Quiénes son los que están a tu alrededor?
Así como hay personas que pueden, sin querer o no, ofendernos, hay otras que por “naturaleza” son dañinas. Las palabras son poderosas y lo ideal es cuidar el lenguaje que usamos en el día a día, pues éste define nuestra manera de ser y cómo vemos el mundo a nuestro alrededor.
Pero hay personas que cargan un saco lleno de resentimientos, de negatividad y de otras emociones negativas, ya sea porque en algún momento atravesaron por un problema que no resolvió o tuvieron momentos difíciles en sus vidas de los cuales, desafortunadamente no salieron adelante y definieron su manera de ser y de actuar. A estas personalidades las conocemos como tóxicas.
Sin embargo, no está mal querer ayudar a alguien que atraviesa por un mal momento en su vida, que requiere de atención para sentirse valorado y comprendido. Pero por el contrario, hay que cuidarse de aquellos que llevan un estilo de vida emocional nocivo.
Éstas pueden ser desde familiares cercanos, amigos y pareja, hasta compañeros de trabajo y jefes. La mayoría de ellas se distinguen porque constantemente expresan de manera negativa, buscan el hilo negro en vez de destacar lo positivo. Por lo general son agresivas e hirientes; además, creen siempre tener la razón.
¿Cómo te afecta?
El primer síntoma de estar cerca una persona tóxica es el hecho de sentirse ignorado, pues nada más habla de sí misma; no considera escuchar a los demás o, en su caso, solo se expresa mal de ellos. Puedes experimentar una mala vibra o pesadez que, cuando ella se retira, te sientes aliviado. Pero el malestar puede llegar a ser físico, sintiendo el estómago revuelto o un dolor de cabeza.
Si bien lo que buscan este tipo de personas es ser reconocidos quienes se encuentran alrededor, lo que realmente consiguen es lo contrario: la gente se aleja, mantiene cautela. La relación se torna difícil de sobrellevar, pues se vuelve absorbente.
Reconoce 5 rasgos característicos de una personalidad tóxica
Si bien puede haber más, aquí te compartimos éstas para que las tomes en cuenta. Regularmente son:
· Criticones: no sólo a los demás, sino a ti también. Además, tienden a esparcir rumores.
· Arrogantes: creen que lo saben todo, y buscan imponer su punto de vista. Ven por encima de los hombros a los demás. Confunden la seguridad con arrogancia.
· Víctimas: lo que les ocurre siempre es responsabilidad de alguien más o de la suerte.
· Envidiosos: no agradecen a los demás ni lo que tienen. Si alguien logra un éxito no comparten su alegría ni sienten admiración.
· Son manipuladores: buscan imponerse, buscar su propio interés, lo cual resulta que las relaciones sean desgastantes.
Ejerce el control
La negatividad se contagia. Si bien habrá días o momentos difíciles, procura mantener una actitud positiva; pero tampoco permitas que la actitud de otros influya en la tuya. Reúnete con personas optimistas y si de pronto la conversación o el ambiente se torna pesado procura cambiar el rumbo.
Si una persona negativa se te acerca, procura contrarrestarla con buen humor, comunicar de manera asertiva que agradecerías un cambio de actitud; evitar que te lleve a su terreno emocional; si sientes que lo está haciendo y no puedes evitarlo, retírate.
Recuerda que la vida, en su mayor parte, se basa en las elecciones que hacemos: procura que sean las mejores para ti. Elige bien qué hacer, qué pensar y cómo reaccionar.