Obtener el máximo rendimiento de tus colaboradores no es sencillo, mucho menos de todo el grupo. Sin embargo, es necesario lograrlo para alcanzar mejores resultados.
Si bien todos experimentamos episodios de alto desempeño, el verdadero reto para potencializar a equipos de trabajo consiste en mantenerlo elevado a lo largo del tiempo. Más que definir acciones puntuales para conseguirlo, lo ideal es modificar las estrategias, creencias y hábitos a fin de que sean sostenibles.
Dos grandes factores afectan cuando un equipo queda bloqueado o intenta rendir al máximo: la pérdida de claridad al momento de realizar las tareas asignadas y la falta del impulso emocional necesario.
Por consiguiente podemos y debemos intervenir en dos líneas de acción para potencializar a equipos de trabajo:
- En la iluminación del camino, al modificar los planes de trabajo y las relaciones entre los integrantes del equipo.
- En las funciones más propias del liderazgo y motivación.
Al iniciar un proyecto queremos emplear el máximo esfuerzo y obtener el mayor rendimiento posible, para lo que vale la pena considerar las siguientes seis estrategias:
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Apuntar hacia un gran objetivo
Elevar el potencial de un grupo conlleva enfrentar dificultades máximas, sólo así cada integrante se exigirá a darlo todo.
En los deportes, la definición de las capacidades varía si el reto es ser campeón nacional o internacional. No hay duda de que la expectativa de esfuerzo y rendimiento de cada miembro será diferente y mayor entre más grande sea la meta.
La lucha por ese gran propósito inspirará la ambición por crecer. La pretensión no necesariamente significa ser egoísta y pisotear a los demás en beneficio propio, sino simplemente conseguir cada día ser una mejor versión de ti mismo respecto a la anterior. A fin de desplegar el máximo potencial continuamente, nada mejor que una persona motivada para crecer en cada oportunidad.
Con la intención de evitar que la lejanía de la gran visión genere frustración en el intento de alcanzarla, el trayecto debe dividirse en metas cumplibles.
Los planes de trabajo concisos para llegar a ellas traerán la motivación diaria para avanzar.
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Vivir bajo la magia del entusiasmo
La palabra entusiasmo proviene del antiguo griego con un significado clave para el trabajo colaborativo: “soplo interior de Dios”. Ese concepto de ser influenciado por la energía divina es imprescindible para entender la principal consecuencia de vivir con pasión: la generosidad necesaria para dar más de lo que se espera de nosotros.
Cabe destacar que la emoción se contagia. En cuanto su semilla aparece, todos los miembros se transforman y elevan su estado emocional, permitiéndoles acceder a los más altos estándares de rendimiento personal. Sin embargo hay que estar muy atentos a los niveles que presenta el equipo porque su ausencia también se transmite y no hay nada más dañino que algunos integrantes disminuyan su estado de ánimo y rebajen los niveles de energía del resto.
El líder del grupo es quien con su constante vitalidad, manera de hablar y comportarse, debe generar el frenesí necesario, promoviendo y alentando todos aquellos comportamientos surgidos al interior del equipo a que vayan en esta línea.
El entusiasmo precede a las ganas de pasarla bien y divertirse. Si conseguimos que cada persona perciba su lugar de trabajo como algo más entretenido, placentero y menos doloroso, conseguiremos que el estado emocional sea mucho más positivo y crearemos un entorno ideal para maximizar el rendimiento.
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Generar credibilidad constantemente
Hay dos grandes significados del concepto confianza que influyen poderosamente en el rendimiento del equipo: la propia que poseen los integrantes en ellos mismos, y por otro lado, la que se tienen mutuamente como grupo.
La solidez de la seguridad en uno mismo (y en el grupo como unidad) es parecida a la de una mesa; es decir, es más fuerte entre más patas tenga. Cada vez que hacemos algo bien y nos damos cuenta, añadimos un soporte a la mesa de confianza. Ésta también se genera de dos sencillas maneras: celebrando las pequeñas victorias diarias y felicitando las buenas actuaciones de cada colaborador.
Patrick Lencioni, en su libro Las 5 disfunciones del equipo, describe una cadena de acontecimientos dados a partir de la ausencia de fe entre sus miembros, donde cada uno termina yendo por su cuenta, valorando sus objetivos e intereses personales por encima de los colectivos.
De acuerdo a lo propuesto por el autor, los grupos de trabajo donde reina la confianza entre sus miembros plantean más abiertamente las situaciones a resolver durante las juntas y huyen de agendas ocultas que sólo entorpecen la solución de conflictos reales.
Los problemas planteados con profundidad, no solo se resuelven efectivamente, sino que al ser escuchados todos los participantes, las soluciones acordadas son aceptadas con compromiso, incluso por aquellos que no las defendieron en un principio.
El mero hecho de sentirse considerados fomenta la suficiente adhesión para tomar ownership (pertenencia) de las decisiones.
El consenso facilita mantener la accountability (autorresponsabilidad) y hace que el trabajo por el objetivo común sea apoyado por todos los integrantes.
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Ganar continuamente claridad
Cuando se habla de transparencia dentro del equipo se refiere también a dos conceptos paralelos: la referida a las relaciones y líneas de toma de decisión entre los participantes del grupo y a la que define los planes y protocolos a seguir.
Todos los grupos de trabajo destinan gran cantidad de energía en definir las tareas de cada integrante. Clarificar anticipadamente cuáles son las líneas de toma de decisiones y establecer las responsabilidades permitirá ganar tiempo y generar la sinergia que acelerará el proceso para lograr el objetivo.
En segundo lugar, los grupos se bloquean porque no tienen clara la ruta a seguir y son incapaces de crearla. Hacer más accesibles los procedimientos de trabajo e implementar un sistema de mejora constante en estos procesos ayudará a los trabajadores a emplear únicamente la energía diaria necesaria, reservando parte de ésta para crear nuevas y/o mejores soluciones.
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Fomentar la creatividad
Cada vez que nuestros equipos enfrenten un nuevo problema, debemos hacerlos partícipes de la máxima que dice: “Cada reto pide un nosotros diferente” siendo creativos logramos que la situación nos transforme, mejore y automáticamente elevamos nuestro potencial.
Si seguimos haciendo las cosas como siempre, los resultados serán los mismos y nuestro rendimiento se mantendrá igual.
Fomentar equipos creativos permite acceder a niveles de rendimiento insospechados, multiplicando el efecto de crecimiento. Esto supone un elevado reconocimiento a la aportación individual, lo cual aumenta el sentido de pertenencia hacia la organización.
- Revisión y autocrítica
Obtener el máximo desempeño requiere de una constante evaluación de los planes de trabajo así como un micro monitoreo de nuestro estado de ánimo para acceder a niveles más altos de excelencia.
Los grupos carentes de este hábito van a sufrir dos problemas: primero, la autocomplacencia sin aprender nuevas formas de hacer las cosas; segundo, no detectar el aletargamiento o estancamiento emocional a través del tiempo.
Trabajar para lograr lo anterior puede considerase como una fuente de estrés y presión para muchos líderes o como una oportunidad de crecimiento y creatividad. De la perspectiva que tomemos, también dependerá la visión personal del rendimiento propio. ¡Elije sabiamente!
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