¿Te sientes listo para emprender? Define tus metas y sigue paso a paso un plan de acción que te permita lograr el crecimiento de tu empresa.
Por Redacción TNE
Bien, ya tienes clara la idea de establecer tu propio negocio e imaginas alcanzar el éxito al mismo tiempo que logras un crecimiento sostenido. ¡Excelente! Ese es el sueño de cualquier emprendedor. Como ejercicio de proyección y mentalización, es muy válido; sin embargo, debes tener claros los objetivos a fin de no desviarte o, peor aún, perder el rumbo.
Sin importar cuál sea el ciclo en el que se encuentra tu negocio, resulta vital contar con metas a fin de mantenerlo en la dirección correcta y así tú no pierdas la motivación.
Antes de comenzar debes pensar bien qué buscas lograr, tratando de ser lo más específico posible y luego enfócate en consultar la mayor cantidad de información con la intención de informarte bien sobre cómo mejorar en los resultados.
Ser preciso requiere reflexionar sobre lo que quieres lograr:
· Hacer crecer tu negocio
· Mejorar el trabajo en equipo y la cooperación
· Asegurarte que los colaboradores comprendan cuál es la dirección hacia donde se dirige la empresa.
· ¿Qué otro tema se te ocurre?
Piensa en grande
No te límites ni te detengas a pensar si es posible alcanzar tu sueño; al contrario, toma en cuenta cada posibilidad sin sentirte abrumado por las barreras. Toma papel y lápiz, escribe lo que quieres lograr en el plazo de un año, cinco o más.
Haz una lluvia de ideas, deja volar tu imaginación; enlista y crea mapas conceptuales a fin de tener claro hacia dónde te diriges.
Evalúa opciones
Ahora sí, es momento de darles forma a todas esas ideas para que cobren sentido, asígnales prioridad o incluso categorízalas según su: accesibilidad, tiempo requerido para cumplirlas, el impacto económico que pueden generar y qué tan atractivas son.
Una vez claro el propósito, define tus fortalezas, debilidades, áreas de oportunidad y amenazas (FODA); reconoce a tus competidores, realiza un análisis de la situación actual del sector e investiga el mercado para definir las necesidades de tu negocio (si buscas cambios internos) y/o de tus clientes.
Crea un plan de acción
Cuando tengas claro cuáles son los dos o tres objetivos más importantes, debes tomar en cuenta y aplicar el principio de SMART:
· Específico (Specific): delimita bien tus pretensiones. Por ejemplo, si tu objetivo es aumentar ventas, establece el número adecuado de clientes necesarios que deberás buscar para cumplirlo.
· Medible (Measurable): asegúrate de establecer métricas que permitan evaluar resultados. Apóyate en registros para determinar si vas bien o es necesario hacer ajustes.
· Alcanzable (Achievable): cerciórate de contar con el tiempo, el dinero y los recursos a fin de cumplir con tus metas. Recuerda lo siguiente: un globo que se infla más allá de sus proporciones, estalla.
· Relevante (Relevant): es indispensable que los objetivos vayan en la misma dirección que pretendes alcanzar, así no caerás en distracciones ni perderás tiempo ni recursos en acciones que no te llevarán a ningún lado.
· A tiempo (Timely): crea un cronograma realista. ¿En cuánto tiempo pretendes sumar nuevos clientes?, ¿tres, cuatro, seis meses…? Sé específico cuándo quieres comenzar y cuál es la fecha en la que contemplas cerrar un ciclo.
Enfócate en el presente
Fragmenta tus metas en pasos pequeños, así no te sentirás abrumado. Al ir paso a paso ganarás confianza y generarás una inercia que te llevará a cumplirlas de forma progresiva.
No olvides mantenerte motivado a ti y a quienes colaboran contigo, da retroalimentación, ofrece incentivos. Crea un entorno favorable que te permita ir en la dirección adecuada. Apóyate en un socio o mentor con el cuál puedas compartir tus avances o recibir coaching para no perder el rumbo.
Por último, concéntrate en las soluciones no en los problemas ni mucho menos te excuses. Si cometes errores, acéptalos, aprende de ellos y ajusta la estrategia. No renuncies y vuelve a intentar varias veces antes de considerar cambios.
¡No esperes, hazlo!
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