La imagen personal en un entorno corporativo es la expresión de un conjunto de factores relacionados entre sí más allá de uno mismo, pensemos en ella más como un acontecimiento que como sólo una proyección individual. El éxito o no de la misma, dependerá del equilibrio entre varios factores.
La apariencia varía según el entorno en que se manifiesta al igual que cuando colgamos un cuadro en una habitación u otra, el efecto es totalmente diferente en cada lugar y en función del contexto afecta a la apariencia global de la sala.
Para saber si nuestra expresión personal encaja en la cultura corporativa y nos empuja hacia el éxito, habrá que entender nuestra imagen profesional como un elemento que forma parte importante y complementaria de una forma integral.
Factores individuales
• Autoconcepto. Se refiere a los aspectos intrapersonales; es decir, la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos.
Para saber cómo funcionamos podemos observar lo primero, el autoconcepto o la percepción interna, ¿qué idea tienes de ti?, ¿qué sabes de ti?, y esa visión ¿es realista?, ¿exigente?, ¿te ayuda a alcanzar los objetivos que deseas?
Cuando observamos esto también hacemos una valoración sobre ello y es ahí dónde podemos ver cómo nos llevamos con la idea que se tiene de uno mismo, a esto se le llama autoestima.
Una parte importante de la autoimagen es la autorrealización, que según las teorías de Rogers y Maslow, es una dinámica que conduce a realizar, satisfacer y mejorar las potencialidades inherentes.
A mí me gusta más la definición que se refiere a “convertirse a uno mismo en realidad”, en hacerse “más real”1. Esto Nos deja en un lugar más amable con nosotros mismos y hablo de autorrealización porque no puede darse el éxito y proyectar una personalidad carismática si no se expresa lo que uno es, tal y como es.
• Imagen física, comunicación no verbal o lo que dice el cuerpo sin querer. Nuestra forma de conocernos afecta a toda la variedad de expresiones que muestra nuestro cuerpo y que va dejando una huella en el físico. Afecta desde los procesos más biológicos hasta los más externos y visibles como son el movimiento, gestualidad, tono de voz, etc., de hecho la piel muestra nuestras emociones a través de su estado y color.
Es totalmente inconsciente y sin ser un experto, nuestro interlocutor percibe el concepto que tenemos de nosotros mismos o cómo vivimos las emociones, sin necesidad de ser un gran conocedor.
• Apariencia, estética y estilo. Sabemos que el vestuario no forma parte de nuestro cuerpo ni tampoco los complementos. El estilo personal a nivel de indumentaria siempre tendrá que ver con lo que nos “ponemos encima” para manifestarnos hacia afuera y en relación con el grupo y entorno.
Muchas veces pensamos que hacer propio un estilo consiste exclusivamente en utilizar determinadas prendas y joyas que hablen de un status determinado o un maquillaje de alta calidad.
Estos elementos cobran su importancia precisamente cuando no se ven, el primer plano lo tiene la persona y autenticidad.
Para resumirlos hay que tener en cuenta:
o Lo visual: formas, volúmenes y colores.
o Lo auditivo: el sonido no sólo de nuestra voz sino también de prendas y accesorios.
o Lo kinestésico: el olfato, uso de perfume; tacto, la textura de nuestras prendas y complementos.
Todo ello conforma el mapa de la imagen sensorial y el ejercicio está en detectar cuáles son las cualidades que queremos expresar a través de la inmensa gama de productos que podemos encontrar en el mercado. El punto de partida es el aspecto de la personalidad que quieres mostrar: excelencia, generosidad, discreción, impacto o eficacia. Busca en tu imaginación cómo puedes materializarlas en esas formas, colores, volúmenes y sensorialidad.
Factores del grupo / equipo / organización
Se refiere a los aspectos interpersonales; es decir, la forma en que nos relacionamos con los demás. En este punto la comunicación es el valor fundamental para establecer un puente entre tu sistema personal (percepción propia de nosotros mismos, físico y apariencia) y el de los demás en el entorno.
Las habilidades básicas están centradas en la inteligencia emocional que como define Daniel Goleman (1995) es “la capacidad de reconocer, aceptar y canalizar nuestras emociones para dirigir nuestras conductas a objetivos deseados, lograrlos y compartirlos con los demás”.
Sin profundizar en todas, a efectos de imagen destacaría las habilidades de empatía, escucha activa, capacidad de influencia, creación de vínculos, conciencia social y de organización. Revisar estos puntos en cada uno de nosotros nos puede dar otra pista sobre la forma de relacionarnos. Es importante tomar en cuenta que estas habilidades se añaden inconscientemente en la memoria emocional de nuestros interlocutores contribuyendo a nuestra apariencia.
Factores externos
• Gestión de expectativas. Como nos vemos externamente también es un reflejo de las necesidades personales, anhelos y nuestro estilo que proyecta una apariencia que puede coincidir o no con quienes somos en realidad.
Queramos o no, proyectamos una imagen ante otros sobre la cual se construye una idea sobre quienes somos, algunos ejemplos:
o Estilo clásico en la indumentaria, formas y estilos de vida, es asociado con: Estabilidad, valores tradicionales, seriedad, profesionalidad y poder. También al aburrimiento, la rigidez y lo anticuado.
o Los estilos creativos son relacionados a: Innovación, creatividad, flexibilidad y dinamismo. Por otro lado a falta de seguridad e inconsistencia.
Usar la imagen externa permite controlar la atención del observador para ser percibidos de una u otra forma.
El conflicto surge cuando nosotros mismos no nos sentimos alineados con el aspecto que proyectamos. Por ello es fácil enviar un mensaje confuso a la contraparte, incluso contradictorio. La solución: La autenticidad.
• Alineamiento de los valores personales con los de empresa. Ser auténtico y congruente con nuestros propios valores da un sentido muy positivo a las relaciones, a la comunicación y al entorno, y si además coinciden con los principios de empresa, mucho mejor. Es mucho más rico que construir una imagen perfecta pero vacía.
Se puede pensar que no hay que tener en cuenta la forma en que vemos externamente por la creencia de que es superficial, pero no hay que olvidar que somos seres con esencia, cuerpo y apariencia, ¿cómo sería una mesa a falta de una pata? La apariencia individual afecta a la del grupo, todo depende del concepto que se tenga, del objetivo que se quiera alcanzar y de la capacidad para representar los valores organizacionales.
Si quieres una imagen eficaz, te parezca exitosa o no, busca tu capacidad de influencia dentro de la organización y sobre todo la coherencia entre lo que dices, lo que haces y lo que pareces.
1 “El Proyecto de Autorealización: Cambio, Cueración y Desarrollo”.
Zuazua Irondo Alberto: Doctor en Psicología y Filosofía Humanista.