¿Qué tiene de especial esta región al sur de la bahía de San Francisco, California donde impera la innovación, el emprendimiento y el desarrollo económico fluye a gran escala?
Por Redacción TNE
Silicon Valley es un área que comprende las ciudades de Mountain View, Menlo Park, Palo Alto, San José y Cupertino, donde se han gestado algunas de las empresas tecnológicas más exitosas como Google, Apple, Facebook, Yahoo, Cisco, Intel, entre otras.
Este complejo ha sido cuna de grandes proyectos y emprendedores desde que se fundó la primera gran empresa desde el fondo de un garaje, la cual fue Hewlett-Packard.
La mayoría de los jóvenes provenientes de esta área además de contar con los recursos, el talento y la educación, poseen un diferenciador característico: una mentalidad que les dice que fallar es un acierto, que es posible pensar en grande y que entre más arriesgues, más podrás ganar.
Silicon Valley es el ecosistema de startups número uno en el mundo, siendo 3 veces más grande que el de Nueva York, donde es posible conocer a niños de 13 años creando su propia empresa y lo que es mejor, logrando que ésta alcance el éxito, ya que en el 2012, un 22% más de las compañías lograban salir adelante a comparación con la gran manzana1, y desde entonces ha tenido un crecimiento considerable de un 47%2.
El “chip” de Silicon Valley
La cultura y forma de pensar es bastante atípica, principalmente porque los ingresos promedio de una persona que habita en esta región son de 70 mil dólares anuales, 60% mayor al resto de EE.UU.
Muchos de los padres de niños que van creciendo en esta área son grandes empresarios o genios de la computación que les dan acceso a un futuro brillante. Esperar a que inicien a desarrollar su propia app o startup incluso antes de entrar a la adolescencia no es una pericia, es el patrón de conducta esperado, por lo que en las primarias cuentan con clases de negocios y programación que alimentan su espíritu ambicioso. Es común verlos en los cafés con su laptop trabajando en su próximo emprendimiento y colaborando entre sí con otros jóvenes en la misma situación.
Hablar de la juventud en Silicon Valley, es hacerlo de una generación totalmente adelantada, en donde adolescentes de 14 años buscan incansablemente entrar a Stanford y tienen empleos reales como programadores.
Imán para el talento extranjero
Adicionalmente a la competitividad del talento local, se unen los extranjeros que buscan ser parte de la cultura y empuje empresarial del ecosistema. Aquí se pueden encontrar algunas de las universidades más reconocidas en el mundo, como Stanford o Berkeley, que fungen como factor para atraer grandes mentes del mundo.
Más del 60% de los graduados universitarios trabajando en el campo de la ciencia e ingeniería en Silicon Valley nacieron fuera de Estados Unidos3.
Un 43% de los creadores de las empresas más exitosas de los últimos años también han sido inmigrantes4, como Sergey Brin, uno de los creadores de Google; Andrew Grove, cofundador de Intel y Jan Koum, fundador de Whatsapp.
A pesar de que miles de gurús de TI podrían destacarse en otras regiones del mundo, hay algo único en el sur de San Francisco que los hace sacar lo mejor de sí mismos, Silicon Valley no es solamente un lugar, es un estado mental, en el cual reina la colaboración, experimentación, competitividad, innovación y mucha aceptación a fracasar.
“Falla rápido, falla seguido”
La cultura en Silicon Valley es tan abierta al fracaso, que incluso impulsan a los emprendedores a hacerlo, están obsesionados con él y lo glorifican argumentando que es un proceso indiscutible para llegar al éxito.
Contrario a lo que muchos expertos opinan, ésta podría ser una efectiva estrategia por la que estos jóvenes emprendedores jamás se dan por vencidos, ya que llegan a desarrollar un nivel de resiliencia que esperan ansiosamente por fracasar, porque de acuerdo a la creencia popular saben que los acerca un paso más a cumplir su sueño.
Existen diversas opiniones divididas sobre promover al fracaso como un factor positivo, como la del escritor Rob Asghar quien argumenta que “la meta no debería ser glorificar los errores y catástrofes, sino cultivar la habilidad de adaptarse y aprender de ellos”, sin embargo todo parece indicar que sí ha funcionado como elemento de éxito en el valle.
Las contradicciones de Silicon Valley
Se viven ciertas características y paradojas que representan el estilo de vida del “Valle del Silicio” y se destacan por ser el resultado de triunfo de la gente que habita en esta área3:
• Relajados pero listos para la acción: tienen una actitud usualmente pasiva a menos de que se enfrenten a fechas de entrega importantes. Los procesos de desarrollo de productos duran semanas y no meses, son ágiles, toman decisiones arriesgadas y actúan repentinamente. Después de todo, trabajan en una industria en la que los cambios ocurren de la noche a la mañana y “hacerlo de inmediato es mejor que hacerlo perfecto”, de acuerdo al lema en las oficinas de Facebook.
• Comprometidos pero independientes: está plagado de personas volcadas en su carrera, trabajan y lo hacen muy duro, pero siempre enfocadas en sus propias metas, objetivos y sobre todo en ellos mismos. La rotación de empleados es común, ya que el talento migra a otras empresas buscando proyectos más satisfactorios.
• Competitivos pero colaborativos: la competencia es fuerte, sin embargo tienen una cultura que los impulsa a confiar mucho incluso en profesionistas fuera de la misma empresa. Aceptan propuestas de otras áreas para terminar el trabajo, están completamente convencidos de que el networking fuera de la compañía es requerimiento para sobresalir.
• Pragmáticos pero optimistas: saben de acuerdo a su experiencia que fallar está implícito pero son positivos a seguir mejorando, resolviendo e intentando hasta lograrlo a pesar de lo que las estadísticas representen.
• Extrínsecamente motivados, intrínsecamente satisfechos: son inspirados por recompensas externas como compensaciones económicas, sin embargo también se mueven por la satisfacción de su trabajo, el crecimiento que podrían tener y el valor que agregan a la empresa.
El sector tecnológico es ambicioso, costoso, continuamente cambiante y arriesgado, se necesita una manera de pensar desafiante e innovadora para llegar a crear algo como lo que hoy representa Silicon Valley. Los negocios evolucionan, en cambio lo que permanece es su cultura de trabajo duro pero al mismo tiempo de diversión, así es como muchas empresas comenzaron en un garaje con emprendedores incansables que no se preocupaban mucho por el dinero, sino por agregar valor a la industria.
Referencias:
1 TechCrunch
2Compass 2015 Global Startup Ecosystem Ranking
3Accenture
4 VentureBeat
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