El ejercicio es parte importante de un estilo de vida saludable, sin embargo a veces las 24 horas del día no son suficientes para realizarlo. No pienses que todo está perdido y aplica estos consejos para empezar a movilizarte.
Probablemente has escuchado que hacer ejercicio con regularidad reduce el riesgo de desarrollar enfermedades, levanta el humor y mejora el enfoque mental. No obstante, la ocupada vida de los emprendedores no les deja tiempo para ir al gimnasio. Aunque hacer una hora de ejercicio no sea factible para ti, existen tips para incorporar actividad física a tu vida laboral.
Está claro que las horas de oficina nos obligan a mantenernos sedentarios durante mucho tiempo, lo que trae problemas de salud. Por eso, lo mejor para distenderse y relajar la mente y el cuerpo es integrar actividad física a la rutina laboral, aprovechando cada momento al máximo.
Pero, ¿cómo lograrlo si sientes que no tienes tiempo ni para respirar? Aquí te lo contamos.
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Cambia la manera de trasladarte
Transforma el pensamiento de que los recorridos casa-oficina-casa son una pérdida de tiempo y velos como una oportunidad para hacer ejercicio. Ya sea que vayas en bicicleta al trabajo, te estaciones un poco más lejos para caminar o utilices las escaleras en lugar del ascensor, combinar el traslado con la actividad física es una excelente forma de incorporar movimiento a tu vida diaria.
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Trabaja más tiempo parado
Busca oportunidades para levantarte de la silla cada tanto; ir por un vaso de agua puede ser una excelente justificación, además de que te mantendrás hidratado. Cuando sea posible cambia la interacción que tienes con tus compañeros de trabajo y en lugar de enviarles un mail para solicitarles algo, ve a su lugar a conversar. Además, al hablar por teléfono no permanezcas sentado, camina.
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Utiliza tus tiempos libres para mantenerte activo
Al descansar para tomar un café o comer una colación, decide hacerlo de pie o sal a dar una corta caminata por la manzana donde se ubica tu trabajo. También puedes hacer breves rutinas de estiramiento junto a tu escritorio; una recomendación es estirar los brazos y moverlos de un lado al otro, después girar la cabeza y posteriormente levantar las piernas hasta llevar el talón a los glúteos.
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Lleva una pelota contigo
Cuando se usa la computadora por largos periodos, la tensión se concentra en hombros, brazos y manos. Por eso es bueno planificar rutinas de unos minutos apretando y soltando una pelotita anti-estrés o de tenis.
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Organiza un equipo para hacer ejercicio en el trabajo
Llevar a la oficina bandas de resistencia o mancuernas no es difícil debido a que no ocupan mucho espacio y pueden ser fáciles de guardar en el escritorio. Estos aparatos te servirán para ejercitarte entre una labor y otra; incluso puedes coordinarte con tus compañeros para realizar pequeñas actividades.
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Une esfuerzos y contagia energía
Durante la hora de la comida organiza caminatas grupales y disfruta de la compañía de otras personas que estén dispuestas a romper su rutina diaria. Juntos pueden asumir la responsabilidad de ejercitarse y alentarse mutuamente cuando se presente alguna dificultad. Otra opción es acudir a un parque en este mismo horario y utilizar una banca para hacer ejercicios como fondos de tríceps o subirla y bajarla. Esto mejorará tu ritmo cardiaco y tonificará tus músculos.
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Incorpora ejercicio a las reuniones
En lugar de tener sesiones con clientes en un restaurante o en una sala de juntas, elige una cancha o pista para hablar de negocios. Deportes perfectos para estos momentos son el golf, el tenis y el ciclismo, pues son actividades sociales que pueden ser tranquilas pero a la vez proporcionar movimiento. Las reuniones de caminata por el parque también son buenas opciones.
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Aumenta el ritmo
Si tu trabajo incluye caminar o andar en bicicleta, considera hacerlo de forma más rápida. Cuanto más aceleres, mayores serán los beneficios.
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Planifica tu actividad física si viajarás por trabajo
Si tu vuelo se demorara, no esperes sentado en el aeropuerto, aprovecha ese tiempo para dar una caminata a paso ligero. En cuestión del hotel, opta por uno que tenga un gimnasio con caminadora, pesas o bicicletas fijas, aunque también puedes llevar tu propio equipo como cuerdas para saltar y bandas de resistencia.
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Ve el ejercicio como una reunión
Agenda tus tiempos de ejercicio en tu celular o en una agenda y trátalos como si fueran citas a las que tienes que asistir. Además, si dentro de tus actividades puedes acudir al gimnasio, es preferible que vayas en la mañana para iniciar el día activo y que esa energía se alargue durante el resto de la jornada.
Ahora lo sabes, no es necesario correr ni transpirar la camisa en horario laboral; por más leve que sea el ejercicio que incorpores en tu rutina, vas a ver efectos positivos que contrarrestarán la postura de estar sentado ocho horas frente a la computadora.
Lo cierto es que, aunque aplicar estos tips para incorporar actividad física a tu vida laboral parezca difícil al comienzo, sólo es cuestión de cambiar algunos hábitos e implementar otros. Tu cuerpo te lo agradecerá.
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