Definir qué tipo de mercadotecnia es la ideal para tu producto o servicio, asegurará que tus objetivos comerciales se cumplan.
Por Roberto Carlos Gómez
Se dice mucho que el marketing es una herramienta para exhibir la marca, dar a conocer productos, crear conciencia, hacer branding, etc., pero esto es incorrecto, a final de cuentas sólo tiene un propósito: vender. Así de simple, si no genera una venta no es mercadotecnia.
Hay marketing activo y pasivo, ahí está la diferencia entre que uno se perciba como dirigido a la venta y el otro para ayudar a recordar una marca. Los dos hacen lo mismo, pero a velocidades diferentes. Enfocados en la mercadotecnia activa, se recomiendan tres estrategias orientadas al comercio de corto plazo.
Demostración
No hay nada más poderoso que ésta. Si tu producto limpia algo, quita arrugas, elimina insectos o simplemente es demostrable, esta es una técnica que deberás estar usando constantemente.
Existen varios formatos para llevarla a cabo, puede ser uno a uno (personal) en alguna tienda; uno a muchos (presentación o conferencia) en un evento que patrocines; o broadcast (video demostrativo) en el caso de transmitir por YouTube o televisión.
Para hacer este marketing es fundamental que toda la exhibición se enfoque en el beneficio tangible que el cliente va a obtener: cómo va a ganar más, gastar menos o ser más feliz.
Algunos giros de empresas que pueden aprovechar mejor su poder son: alimentos, cremas, aromas, texturas, entre otras. Es decir todo lo que se puede ver, tocar, saborear, oler y escuchar. En cambio, hay otros que no se benefician, por ejemplo productos y servicios netamente racionales, como despachos fiscales y contables.
Contenido
Se ha hablado mucho del “marketing de contenido” o “marketing de redes sociales”. Cuando hablamos de éste nos referimos a que debemos estar en constante generación de materiales que son útiles o valiosos para el cliente.
Lo que buscamos al compartir esta información es ganarnos la confianza del consumidor para que se sienta cómodo recibiendo nuestros correos y mensajes.
Queremos dejar de estar frente al cliente tratando de venderle para mejor sentarnos a su lado y cuando quiera resolver la problemática que le aqueja, venga para que le ayudemos.
Este método no es tan rápido ni agresivo como la demostración, sin embargo genera una dosis de lealtad de los clientes por un plazo más largo. Una ventaja del marketing de contenido es que los consumidores leales están dispuestos a pagar un precio más alto y a perdonar fallas que pudiéramos tener. Algunos ejemplos para compartir son notas periodísticas, recetas, chistes, memes, novedades, actualizaciones, fotos y videos.
Freemium
La palabra Freemium es la unión de los vocablos en inglés, free y premium. Esta estrategia significa dar a los clientes un beneficio directo y real del producto, totalmente gratis hasta que esté listo para obtener un servicio de paga que le dará más beneficios y características especiales.
Su belleza estriba en que, al tener una versión real y funcional del producto de forma gratuita, las barreras de entrada bajan y cualquier persona lo puede probar sin temor a perder alguna inversión inicial.
Una advertencia: no se debe confundir con la de “30 días gratis”, en la cual un usuario puede utilizar el producto o servicio por un tiempo limitado y luego se queda sin nada. Freemium es diferente, la versión gratis es para siempre.
Puede haber incentivos constantes para subir a Premium, sin embargo no debe existir una obligación para el cliente. Esa es precisamente la razón por la cual éste optó por probar nuestro producto. Esta estrategia se recomienda para: software que tenga versiones claramente definidas, productos de consumo frecuente como el acceso a Internet; no se recomienda para: artículos a la medida, no escalables o que requieran mucha labor humana para iniciar.
Y recuerda: ¡el marketing es para vender!
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