Por Redacción TNE
Olvida actitudes “solitarias” y siempre piensa en los demás al momento de trabajar.
El trabajo diario dentro de cuatro paredes puede provocar que quien está dentro de ellas se aísle y olvide de que hay un mundo a su alrededor. Actuar en solitario y no como un ser social puede provocar enemistades, baja productividad por no ser capaz de tomar al equipo en cuenta y hasta infelicidad.
Kristin Muhlner, CEO de la consultora NewBrand Analytics, destaca seis cosas que todas las personas deben evitar en el trabajo:
Ser implacable
Aunque seas el jefe o líder del grupo debes estar abierto a escuchar a los demás y recibir opiniones. Pensar que tus ideas son perfectas te convierte en una persona egoísta. Elimina esas creencias personales y trabaja verdaderamente en equipo, las aportaciones de otros pueden enriquecer tus proyectos.
Aislarse
Trabajar en una oficina rodeado de gente implica convivir y socializar con quienes laboras, incluso cuando son personas con las que no compartes creencias ni valores. La tolerancia es un valor que debes practicar para acercarte a todos. Aprovecha la hora de comer para conocer a tus compañeros y organicen salidas after office de vez en cuando.
Ignorar emails
El correo electrónico es un medio de comunicación muy importante dentro de las organizaciones. Seguramente diario recibes una buena cantidad de éstos en donde se te avisa de reuniones, cambios en algún plan o se muestra el seguimiento de alguna estrategia que estén llevando a cabo. Sin importar tu carga laboral destina unos minutos al día para responder los emails que recibas, sobre todo para que las personas que los enviaron estén seguras de que estás al tanto de la información.
Tener una actitud egoísta hacia la filantropía
La responsabilidad social es un tema que tu empresa no debe dejar de lado. Dar un poco a otros a la larga puede traerte beneficios económicos y de reputación hacia tus clientes. Ser filantrópico no significa simplemente dar dinero. Puedes crear programas en donde todos en la organización se sumen con visitas a zonas vulnerables o apoyar a instituciones de educación, de esta forma contagiarás a otros de hacer un bien a más personas.
Siempre estar “dentro caja”
Hay reglas, planes y estrategias que seguir, cierto, pero no por eso limites tu imaginación y creatividad. La innovación es un ingrediente que no debes olvidar ni dejar de lado. Siempre que sea posible mejora un proceso, cambia una actividad diaria, propón tareas nuevas, no importa si tus ideas suenan a locuras, ese cambio de rutina es algo que todos agradecerán.
Encadenarse a una mesa
Sí, hay horarios que cumplir y metas que alcanzar, pero no por eso te esclavices a estar siempre en tu escritorio. Promueve mover las juntas al exterior o trabajar en diferentes puntos de la oficina, al hacerlo la mente se despeja y es más fácil que nuevas ideas fluyan, además el ambiente laboral será más agradable y eso se verá reflejado en la productividad de todo el equipo.
Realizar pequeños cambios en tu rutina laboral sin duda mejorará el ambiente a tu alrededor, no dudes en empezar las modificaciones hoy mismo.