Todos tememos a la crítica, incluso si ésta es constructiva, sin embargo al evadir el feedback, sea bueno o malo, lo que estamos haciendo es detener nuestro progreso.
1. Asume buenas intenciones
• Comprende que la retroalimentación tiene un porqué y para qué.
• Sé humilde; recuerda que siempre hay mejores formas de hacer las cosas.
• Nunca te lo tomes personal, conserva una mente abierta.
• Tómala como ventaja competitiva; quien la hace busca que mejores, no perjudicarte.
2. Evita reaccionar impulsivamente
• Que lo primero que pienses no sea lo que salga de tu boca, pide tiempo para salir a despejarte y pensar mejor tu respuesta.
• No te pongas a la defensiva, actúa objetivamente y acepta la responsabilidad si ésta te corresponde.
• No pidas demasiadas disculpas, sé conciso, firme y honesto con tu réplica a los comentarios.
3. Soluciona
• Aclara tu punto de vista ya que hayas encontrado una solución.
• No cargues con comentarios que te han lastimado, no alimentes tu inseguridad.
• Demuestra tu madurez y de lo que eres capaz, pide ayuda, identifica tus errores, haz que ese feedback se vuelva positivo.
• Aprovecha para clarificar dudas de metas u objetivos con tus superiores y equipo.
4. Estrecha relaciones
• Utiliza el feedback para mejorar la comunicación con tu jefe y lograr que su perspectiva cambie.
• Aprende a trabajar en equipo, crea lazos con aquellos que puedan apoyarte.
• Piensa en introspectiva, autoanalízate, ¿cómo podrías mejorar?
Tomar la retroalimentación de forma receptiva te ayudará a demostrar madurez, tolerancia, apertura al cambio y ganas de hacer mejor las cosas; considera las observaciones objetivas e inicia un plan para cambiar.
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