Contratar un trabajador independiente te da la libertad de pagar por un servicio solamente cuando lo necesitas, pero hay varias consideraciones que debes tomar.
Por Redacción TNE
Habrá ocasiones en donde tu empresa requiera un servicio determinado para el cual no cuentas con el equipo de trabajo o el personal con las habilidades para llevarlo a cabo. Sin embargo, puede que la necesidad sea pasajera y contar con esta persona dentro de la nómina hasta el momento en que se vuelva a ocupar incurrirá en gastos innecesarios para la empresa.
Una de las mejores formas de solventar esta problemática y reducir costos es la subcontratación. Al hacer uso de esta herramienta, tu negocio cuenta con la ayuda que necesita en cualquier área y solo pagarás cuando el servicio sea requerido. Para eso existen los trabajadores freelance.
¿Cuándo debo contratar a uno?
Lo primero que debes hacer es saber cuándo necesitas el apoyo de una persona en estas condiciones. No importa si tu empresa ya tiene años de experiencia o si apenas comienzas un emprendimiento, hay varios puntos a considerar que te ayudarán a definir si requieres de la ayuda de uno.
Cuando sea ocasional: como se mencionó anteriormente, contratar a alguien y pagarle únicamente por estar ahí cuando no tenga trabajo que hacer, resulta innecesario.
Si requieres asesoría profesional: tal vez solo necesitas un consultor o alguien que revise tu trabajo en algún proceso específico.
No cuentas con el talento interno: uno de los principales errores que cometen las pequeñas empresas es delegar un trabajo ocasional a un miembro de la institución aún y cuando no cuenta con el expertise necesario.
Elige al indicado
Sitios como freelancer.mx te dejan, en cuestión de minutos, hacer una cuenta, escribir una descripción de trabajo y contratar a alguien para tu proyecto. Suena muy tentador, pero como todo proceso de reclutamiento de personal, mientras más tiempo le dediques a buscar y filtrar candidatos, tendrás un mayor porcentaje de éxito.
Solicita el portafolio de los candidatos para ver la calidad de su trabajo, así podrás clasificar a un “buen” freelancer de un “gran” freelancer, ya que ellos buscan imponer un estilo propio a su trabajo para establecer su marca persona, establece con el que te sientes identificado.
¿Qué es lo que necesitas que haga? Establece exactamente las tareas que va a desempeñar, eso te ayudará a definir de mejor manera el perfil que buscas y a escribir la descripción del trabajo. Incluye preguntas que los candidatos respondan, si no lo hacen, sabrás que no la leyeron por completo. Contesta a todas las aplicaciones en menos de 24 horas, si no lo haces, corres el riesgo de que hayan tomado otro compromiso.
Fija un precio justo Revisa primero el mercado antes de poner un costo al trabajo, si lo pones muy bajo, corres el riesgo de ahuyentar talento experimentado. En cambio, si lo fijas muy alto, terminarás pronto con tu presupuesto.
¿Cómo establecer una relación de confianza?
No esperes dar el mismo trato a un freelance que el que le das a un empleado regular. Son contratistas independientes a tu organización y por ende cuentan con tiempos, lineamientos y cargas de trabajo diferentes. Agenda reuniones para mantenerte al tanto en cómo va el proyecto y da el número de horas que quieres que le dedique a la semana.
Mientras más claras sean tus instrucciones y requerimientos, más fácil será para él engancharse con el proyecto. Lo anterior también servirá para evitar devolver el trabajo porque “así no lo quería” o “le faltó esto o aquello”.
Con el paso del tiempo, si te convence el desempeño de uno en específico y continúas colaborando con él, puedes dejar que te ofrezca recomendaciones, un ojo clínico externo que funcione de apoyo siempre es buena noticia.
La naturaleza flexible de este tipo de contratos puede causar incertidumbre o miedo de apoyarse en este método; pero si se toma la misma dedicación para encontrar al freelancer indicado como a empleados regulares, se fijan reglas y especificas lo que necesitas, es una buena alternativa a tomar.
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