Transmite a los más pequeños de la familia la importancia de poner las cosas en su lugar y cómo esto les ayudará en sus vidas cuando crezcan.
La capacidad de que los niños sean organizados es esencial para tener claridad, no sólo de lo que se quiere lograr en la vida, sino también para crear un entorno saludable, que les active la creatividad y de paso les ayude a tener orden en el hogar, escuela y, a futuro, en su vida profesional.
Seguro te ha pasado que tus hijos dejan algún juguete regado por la casa o los controles de la consola de videojuegos se quedaron sobre el sillón y ya te andabas sentando sobre ellos. ¡Ay de ti que no te vean porque seguro ellos se enojan! “Papá, lo descompusiste”.
No hay duda de que ante escenarios así, necesitas implementar más disciplina para evitar que el caos reine en la vida de tus hijos. Enséñales a cuidar dónde dejan las cosas y lo importante que es dejarlas en el mismo lugar para que sean fáciles de encontrar en futuras ocasiones.
Antes de pensar en generar disciplina es importante que tomes en cuenta que los niños tienen un concepto diferente del orden. A su edad es claro que será muy difícil que tengan su habitación en condiciones prístinas, basta con que no dejen ropa y zapatos regados por el suelo.
Pon manos a la obra
Siéntate con ellos, date la oportunidad de brindar perspectiva sobre la importancia de tener orden en la casa. Una vez que comprendan la importancia y sus dudas sean aclaradas, considera los siguientes consejos:
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Invítalos a participar en las actividades del hogar:
definan responsabilidades que cada uno asumirá. Por ejemplo, al terminar la cena, uno ayudará a lavar los platos y el otro los secará. Uno tendrá que sacar la basura, mientras alguien más se encargará de recoger los desechos de la mascota.
Sugiéreles que ellos serán los encargados de mantener ordenadas sus habitaciones, sin dejar ropa tirada en el suelo y tender la cama, entre otras tareas.
Muéstrales una lógica de donde va cada cosa. Explícales qué debe ir en el librero y que está prohibido. Incluso pídeles que doblen las sábanas, no importa si lo hacen bien o no, lo valioso es que asuman la responsabilidad de tender su cama.
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Crea concursos para hacerlo más divertido:
establece un cronometro para ver quién recoge más juguetes en menos tiempos. Incluso puedes apoyarte en la música para que los niños canten mientras ponen los diferentes objetos en su respectivo lugar.
Cerciórate de que todas las cosas que necesitan ordenar estén al alcance de sus manos. Por ejemplo, que los cajones de las cómodas sean fáciles de maniobrar. No olvides que tú eres lo que predicas y que ellos buscarán imitarte.
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Dales un incentivo por ser ordenados:
lo más común es regañar a los hijos cuando incumplen las reglas o desobedecen una petición. ¿Por qué mejor no darles un premio cuando terminen sus deberes?
Reconoce los pequeños logros, así fortalecerás su disciplina; sin embargo, cuando no cumplan con las tareas para mantener el orden en el hogar, aclárales por qué no recibieron su recompensa y qué es lo que deben hacer en la siguiente ocasión.
A fin de evitar confusión, sé preciso con las acciones que tus hijos deben llevar a cabo. Decir “ordena tu cuarto” es una petición muy vaga, a diferencia de pedirle que ponga los controles de la consola sobre la mesa que está a lado de la televisión.
Procura la constancia
Enseñarles a tus hijos a mantener el orden en el hogar, no se logra en cuestión de días. Las actividades deben reforzarse con frecuencia y vigilar que se cumplan. Poco a poco esto se convertirá en un hábito que se mantendrá con el paso del tiempo, mientras se practique a diario.
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