Mostrarte optimista te ayudará a sobresalir ante adversidades, sin caer en desánimos. Evita la negatividad que sólo te desgastará física y mentalmente.
Seguro ya has escuchado sobre la formación de los diamantes, cuando los átomos de carbono son sometidos a altas presiones y temperaturas, proceso que puede tomar millones de años. Por su parte, las perlas se crean cuando a la ostra entran granos de arena o animales pequeños; para defenderse, los encapsula en una sustancia llamada nácar y a los tres o seis años “nace” la perla.
¿A qué viene lo anterior? Imagina por un momento que los átomos de carbono (piensa en el color negro) o la arena que se cuela en la concha son los pensamientos negativos o malos comportamientos que dañan nuestra personalidad y la relación con los demás, afectando nuestro desempeño profesional, empresarial y en la vida misma. ¿Qué ocurriría si los aprovecharas con el fin de cambiar y así convertirte en un diamante o una valiosa perla?
Efectos de la negatividad
El impacto de los pensamientos dañinos es inmediato, aunque a primera vista no lo parezca. En el momento en que una idea negativa se adhiere al cerebro se interpone en tu camino, convirtiéndose en un obstáculo para alcanzar tus objetivos, abriendo así un círculo vicioso, sintiéndote mal contigo mismo y a su vez desvalorizándote, tus niveles de energía disminuyen, desgastándote emocionalmente.
Considera que para lograr cambios en la vida o cumplir metas, primero debes concebir la idea en tu mente, ya que ésta es un arma muy poderosa pues el 100% de las ocasiones en que pienses que puedes o no hacer las cosas, estás en lo correcto. Como diría Henry Ford: “Tanto si crees que puedes o no, estás en lo cierto”.
La exposición a estímulos negativos1, incluyendo personas, tiene efectos similares a los que provoca el estrés. En la mayoría de los casos es por elección propia; se prefiere ser víctima de las circunstancias, no asumir el control de nuestras acciones y pensamientos. Se opta por no admitir responsabilidades. Modifica tu cerebro No puedes controlar lo que ocurre en tu vida, pero sí la forma de reaccionar a ello. Una posición optimista te permite lidiar de una manera más fácil con los sucesos, evitando preocuparte de más. Por otro lado, implica pensar creativamente y al mismo tiempo reflejar motivación con el fin de cumplir propósitos que se traduzcan en una realización y crecimiento personal.
Si bien las cosas no se resolverán por arte de magia, ver el lado bueno de los hechos y esperar siempre lo mejor son cualidades que te ayudarán a enfrentar de manera óptima lo que venga.
Fortalece tu mente para no rendirte ante los desafíos o al entorno. Permite que cada error o problema se convierta en una valiosa enseñanza que contribuya a mejorar tu toma de decisiones en el futuro. Se trata de saber aprovechar las oportunidades, buscando soluciones más allá de enfocarse en los problemas.
¿Te has dado cuenta que cuando te sientes bien contigo mismo eres más receptivo? “Las emociones positivas amplían la consciencia y la atención”, según Barbara Fredrickson, autora de Positivity y profesora de psicología en la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill. “Cuando eres capaz de recibir mayor información, el campo de visión periférica se expande, ves el panorama completo”2.
Tanto en la vida en general como en el entorno laboral, es importante mostrar capacidad para resolver problemas, superando a los obstáculos. Ser optimista genera resiliencia; un emprendedor puede verse decaído al ver que su idea de negocio no prosperó en el primer intento, pero con la mentalidad correcta puede sobreponerse, aprender y seguir intentando.
El optimismo contribuye a tomar mejores decisiones; nunca es bueno hacerlo mientras se experimentan sentimientos negativos. Una buena actitud es contagiosa, ya sea en la empresa o como emprendedor, ésta se refleja en un excelente trato con el cliente, buscando persuadirlo a fin de que adquiera el producto o servicio.
Inicia el cambio
Transformarse a uno mismo es lo más difícil, pero no imposible. Se requiere consciencia y constancia para lograrlo; no se da de la noche a la mañana. Habrá recaídas de las cuales lo más importante es aprender de ellas y perdonarse a uno mismo, pero sin desistir de intentar.
Los siguientes consejos pueden ayudarte a modificar el enfoque de tus pensamientos:
- No todo es blanco y negro: no pienses en términos absolutos respecto a lo que ocurre. Reconocer la diversidad de posibilidades permite descubrir distintas oportunidades. Elimina de tu vocabulario palabras cuyo significado impiden encontrar soluciones a los problemas, tales como: “nunca”, “imposible”, “terrible”, incluso “perfección”. Éstas no permiten la reflexión y carecen de flexibilidad.
- No generalices: un mal día, una decisión equivocada o un resultado desfavorable no significa que todo lo demás sea adverso o se repita de nuevo. Aprende de cada situación a fin de ser más certero con tus decisiones futuras. Tampoco saques conclusiones rápidas de los hechos, analiza todo el contexto antes de decidir, hacerlo en un momento emocional vulnerable puede marcar tu vida.
- Cambia tu mentalidad: si pones atención, cada suceso guarda una lección o una oportunidad; encuentra lo bueno de cada momento. Enfrentar problemas demostrará que posees la capacidad para salir adelante, no para decaer en ánimos.
“Cuando uno crece como persona, se debe a que ha evolucionado más que los resultados”, escribe Bernardo Stamateas en su libro Resultados Extraordinarios.
- Nada es personal: la forma de reaccionar de los demás nada tiene que ver contigo, es problema de ellos. Una cosa son los hechos, otra los comportamientos.
Dependiendo de tu posición, busca la retroalimentación o proporciónala, a fin de que la otra persona reconozca sus áreas de oportunidad y pueda mejorar.
- Festeja lo bueno: cuando ocurran cosas buenas, sin importar si son grandes o pequeñas, celébralas.
Permite que se conviertan en anclajes positivos con el fin de recordar que es posible lograr cumplir objetivos y alcanzar resultados; reconoce y agradece el aprendizaje de cada día.
- Aprende la lección: no te lamentes por lo malo que te ocurre; todo lo que te sucede guarda una valiosa lección; sé objetivo a la hora de evaluar los sucesos. Una vez que lo hagas, ¡cambia tu disposición mental y tus acciones también lo harán!
Ser positivo no es un pensamiento mágico, tampoco garantiza que todo saldrá bien en cada día. Más bien es una postura para enfrentar la vida. ¡Tú decides!
Referencias: 1Dr. Travis Bradberry, How Negativity and Complaining Literally Rot Your Brain. 2Entrepreneur
Te puede interesar también: