Siempre estamos vendiendo. Dominar la forma de expresarnos nos ayuda a crear mayor confianza en nuestro interlocutor.
Quienes proyectan seguridad en sí mismos es porque conocen sus capacidades y las dan a conocer, siendo ésta la clave primordial para hablar con credibilidad, autoridad y certeza, generando una buena impresión.
El habla ha sido una de las características primordiales a lo largo de la historia de la humanidad. Es considerada la vía principal para comunicarnos y poder darnos a entender y expresarnos ante otros, pero ¿qué pasa si no somos creíbles ante nuestra contraparte? De este hecho fundamental derivan en gran medida los resultados que logremos en nuestra vida, ya sea en ambientes laborales y/o sociales, debido a que es una necesidad para vender nuestras ideas y generar cambios e impactar en la sociedad.
No dominar esta habilidad puede resultar en pérdida de tiempo, falta de confianza, malos entendidos, peor aún, que nuestras palabras suenen poco verosímiles, destruyendo nuestra reputación, entre otros problemas, situaciones que pueden contribuir a que se cierren las puertas de las oportunidades.
Hay que tener en mente que existen algunos elementos en los que se puede trabajar sobre la marcha con el fin de aprovechar al máximo los beneficios que nos puede brindar el hablar con credibilidad y autoridad:
Domina el contenido del mensaje: para hacerlo primero debes ser un experto en el área o tema del que pretendes hablar. Cuanto mayor sea tu preparación, resultará más fácil defender tu postura, y sobresalir con mayor facilidad, algo que contribuirá a ser considerado como un referente. No aprender y actualizarte de manera constante puede detonar el miedo y los nervios a la hora de exponer tus argumentos.
Mantén contacto visual: al hacerlo denotarás sinceridad con lo que transmites; además, ganas confianza y credibilidad al momento de conversar. Una mirada al suelo o techo reflejará timidez que a su vez no te ayudará a cumplir con los objetivos, procura dirigirla a aquellos que se muestran más interesados o receptivos durante tu exposición.
Muestra entusiasmo: expresarse de manera positiva reflejará las destrezas con las que cuentas para enfrentar situaciones, incluso adversas. Encuentra el modo para decir las cosas que impulse a alcanzar los acuerdos o puntos de equilibrio deseados. Por el contrario, decir palabas o frases que lleven una connotación negativa puede afectar la percepción de los demás sobre ti e incluso llevar a discusiones.
Mejora la dicción: el pronunciar bien las palabras y con claridad es fundamental. En general las personas tienden a expresarse con la boca muy cerrada y con poco movimiento de los labios. Se recomienda realizar ejercicios tales como colocar un lápiz entre éstos y leer una revista para ejercitar los músculos faciales. También puedes hablar lentamente dividiendo las palabras en sílabas, no importa si exageras los gestos. Mejora la dicción para evitar malos entendidos a la hora de interactuar con otros.
Regula la entonación: es un instrumento que puede perfeccionarse conforme se vaya practicando. Realizar ejercicios de respiración permite establecer un tono conveniente sin la necesidad de un esfuerzo desmedido. Aprender a modularlo puede darle mayor jerarquía al momento de expresarnos. Evita los picos — aumentos y disminuciones en la frecuencia— a la hora de compartir una idea; recuerda que sólo debe intensificarse en aquellas partes a las que se les quiere dar mayor énfasis.
Endereza tu espalda: ¡una buena postura es primordial! Con ella demostrarás que estás preparado y seguro para todo. Párate y siéntate derecho, que tu barbilla apunte al suelo, no al cuello; cuida que éste se alinee con la espalda y los pies. Así incrementarás tu confianza, te sentirás dueño de la información, comunicándola correcta y eficazmente.
Contundencia en los negocios
La habilidad para hablar de manera sólida frente a un grupo es una característica que deben tener los negociadores, debido a que ellos buscan persuadir a la contraparte, pues la meta principal es vender una idea.
En un ambiente comercial, es importante asegurar que el mensaje sea preciso para alcanzar la meta establecida.
El arte de comunicar de manera efectiva va acompañado por ciertas herramientas que contribuyen a prepararnos mejor y aumentar las probabilidades de lograr resultados favorables. Algunos de los factores específicos a tomar en cuenta son:
- Conoce a tu público o cliente: trata de entender qué es lo importante para él, lo que necesita y hacía dónde quiere llegar. Saber con quién estás a punto de negociar permite entablar una comunicación más eficaz y rápida, estrechando la relación. El error más común es la falta de preparación, así que hazlo con tiempo y reúne la información para generar un proceso continuo y sin limitantes.
- Utiliza un lenguaje acorde a la contraparte: en ocasiones los directivos son más susceptibles a utilizar conceptos complejos con el fin de demostrar que dominan el tema. Sin embargo, esto no logra el efecto deseado. Usa palabras comprensibles para la mayoría, así será más sencillo aclarar dudas. No es recomendable utilizar diminutivos, le resta valor a lo que dices y afecta tu imagen.
- Comparte casos de éxito: hablar de logros anteriores imprimirá un sello al proceso de venta del producto o servicio; esto demuestra el valor de tu negocio y será visto con buenos ojos por tus clientes.
Es vital comprender que en los negocios, además de conocer a fondo el tema para generar credibilidad, es importante también comprobar la experiencia que has adquirido en proyectos previos.
Dominar la palabra aportará beneficios al mejorar capacidades como: reforzar la venta o acuerdo al que se pretende llegar, implementar la elocuencia y persuasión en el momento oportuno, decir adiós al temor o nervios y desenvolverse de manera eficiente. Como resultado serás considerado con mayor seriedad.
Logra distinguirte de los demás ejerciendo plenamente la habilidad para comunicarte efectivamente. Véndete como un experto para mejorar tu posicionamiento. Recuerda: ser profesional implica demostrar seguridad y credibilidad.
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