Quien acompaña a un líder de negocio enfrenta el desafío de conectar con alguien que quiere generar impacto sin afectar la convivencia en pareja.
Relacionarse sentimentalmente con un(a) entrepreneur puede ser una de las experiencias más enriquecedoras en la vida de dos personas. Si ambas partes son entusiastas de impulsar nuevos proyectos quizá no haya tanto problema; sin embargo, cuando sólo es una, la otra tiene que lidiar con situaciones que pueden poner en riesgo la convivencia. Aun así, ¿planeas casarte con un emprendedor?
Sin duda un emprendedor posee características que lo hacen sobresalir a nivel profesional y personal. Entre estas destacan ese sentido de tener un propósito claro para generar un impacto positivo en el mundo, no pierden tiempo en trivialidades y buscan maximizarlo en todo momento, cuando otros quizá prefieran descansar.
La claridad de objetivos es una cualidad que se suma a mantener una mentalidad enfocada al crecimiento y alejada de lo superficial, restándole importancia a las cuestiones materiales y físicas (por ejemplo, ejercitarse con regularidad).
Quienes gustan de sacar adelante nuevos proyectos son individuos positivos que por nada del mundo quieren tener negatividad a su alrededor, pues bastantes son las dificultades que deben enfrentar día a día.
Un líder de negocio busca la excelencia, cuenta con altos estándares y quiere hacer lo imposible porque sabe que lo que vale la pena no es fácil, de lo contrario todos lo harían. Por ello no quiere estar al lado de alguien que ante cualquier señal de estrés tire la toalla, motivo por el que es importante que quien lo acompañe esté seguro de sus convicciones, le infunda ánimos y se enamore de sus metas y sueños apropiándose de ellos, porque así el tiempo que pasen reunidos será beneficioso para ambos, sin importar si se trata de trabajo o de ocio.
Enfrentar los desafíos juntos
Tanto el emprendedor como su acompañante deben estar conscientes de la vida que llevarán; y con la mentalidad y disposición correcta la relación, florecerá sin mayores contratiempos que los de cualquier otra pareja. La clave está en el respeto, la apreciación y la empatía con las necesidades del otro.
Bajo este contexto, un matrimonio debe progresar porque tiene el potencial de mejorar la comunicación y aprender a ceder ante diferentes circunstancias que lo requieran. Al realmente estar comprometidos, harán lo que esté en sus manos para salir adelante. Tendrán una mejor planeación a futuro y los dos se cuidarán, porque la salud de quien inicia una startup es vital para sostener el negocio.
A los emprendedores les gusta estar ocupados incluso los fines de semana, esto es algo que ya se debe tener bien entendido, por lo que no conviene preguntarles por qué trabajan mucho. Atender y crecer su sueño requiere estar al pendiente del mismo las 24 horas del día, los 365 días del año. Sin embargo, es vital establecer tiempos de descanso, donde la pareja pueda compartir momentos relajantes a lo largo del día.
Te puede interesar: Y tú, ¿eres un papá emprendedor?
Es importante que ambos se den el crédito de lo que hagan, porque cualquier actividad del cónyuge contribuye a generar una armonía que lleve al éxito la relación y al negocio.
Esto mostrando generosidad, entusiasmo, entrega y dedicación, alineando intereses y estableciendo reglas que los lleven a salir adelante a pesar de los obstáculos que presente el emprendedurismo en sus vidas.
Un emprendedor no quiere escuchar comentarios negativos sobre lo difícil que es conseguir clientes hoy en día o sobre lo complicado de la economía. Tampoco le gusta que le pregunten cuánto más va a seguir invirtiendo en una empresa que aparentemente no sale adelante, porque responderá que hará todo lo necesario para llevarla a buen puerto.
La paciencia es una virtud necesaria a la hora de relacionarse con un líder de negocio, porque el éxito no se dará de la noche a la mañana.
Señales de alerta
Por otro lado quien emprende debe evitar ser dominado por su ego, que lo puede llevar a ver la convivencia con la pareja como un emprendimiento más, donde se busca al candidato perfecto para ocupar el puesto tomando en cuenta sus habilidades y conocimientos. No obstante, debe comprender que las cosas no funcionan así en una relación; al contrario, son dos seres humanos imperfectos que decidieron estar juntos con la intención de generar armonía entre ellos.
A pesar de que el ritmo de vida de un líder de negocio es acelerado, no es necesario que el compañero deba encajar en la agenda. Al contrario, con una buena comunicación, comprensión y empatía, ambas partes pueden ocupar el mismo nivel y mantener una equidad. Es importante tener en mente que el egoísmo no tiene cabida. Los dos integrantes tienen claro que no vale la pena discutir por nimiedades, más bien se enfocan en lo más importante.
Lee también: Cómo ser mamá emprendedora y no morir en el intento
Un error es dudar de la capacidad para sacar adelante una empresa. Los miedos son normales, pero el verdadero fracaso llega cuando se deja de intentar. El emprendedor puede en algunas veces estar voluble por sentirse vulnerable y solo; en estas ocasiones, la pareja debe confiar en su contraparte y en su determinación para alcanzar lo que se proponga.
La falta de tiempo para convivir puede no ser un obstáculo si ambos se coordinan adecuadamente. La pareja debe de estar completamente consciente de que una llamada telefónica puede significar ganar un cliente o cerrar un contrato; el trabajo así lo requiere. Por ello, para evitar olvidar fechas o eventos importantes es imprescindible comunicarlos y agendarlos con anticipación. También es indispensable establecer horarios de convivencia para disfrutarlos solos los dos o en familia, si es el caso.
Un emprendedor tiene una lucha constante, donde habrá fracasos y aprendizajes que lo llevarán por la dirección correcta mientras no se rinda. Lo mismo ocurre en la relación de pareja y en ambos casos deben establecerse reglas de convivencia que la fortalezcan y que al mismo tiempo contribuyan al crecimiento de la empresa. Si los dos ponen de su parte, nada los detendrá en la búsqueda del éxito tanto en la relación como en el negocio.