Por Redacción TNE
Encabezó una de las empresas más importantes del mundo, pero antes de lograrlo fracasó gracias al arroz quemado.
Antes de convertirse en uno de los empresarios más exitoso del siglo 20, Akio Morita comenzó su carrera empresarial comercializando una olla arrocera eléctrica que más que cocer, quemaba el arroz.
Su invención fue un fracaso al sólo vender unas 100 piezas, sin embargo el japonés descendiente de una familia dedicada a la producción del sake, no se rindió y trabajó en su compañía hasta convertirla en un coloso global.
Morita se graduó de Física en la Universidad Imperial de Osaka, en 1944; después participó en la Segunda Guerra Mundial, allí conoció a Masaru Ibuka con quien se reencontró tras el final del conflicto. En 1947 fundaron Tokyo Telecommunications Enginering Company, que 10 años después se convirtió en Sony.
Juntos desarrollaron productos relevantes para la época como el primer radio de transistores comercial, los televisores Trinitron, las videograbadoras caseras Betamax o el Walkman, con el que provocó una “revolución” al ser el primer dispositivo capaz de sacar la música de las casas y llevarla a todos lados.
Morita fue condecorado con la Medalla Albert, otorgada por la Sociedad Real de Artes del Reino Unido, fue el primer nipón en recibirla. También se le condecoró con la Orden Nacional de la Legión de Honor, y en 1991 fue nombrado miembro de la Orden del Tesoro Sagrado, por el Emperador de Japón. Falleció el 3 de octubre de 1999, a los 78 años.