Prepárate a subir la escalera de la empresa, presentarte ante los altos mandos y así entregarles el siguiente concepto innovador que puede llevar a todos a nuevas alturas.
Por Redacción TNE
Implementar nuevas propuestas dentro de una organización es complicado por una variedad de razones. Desde la burocracia dentro de las políticas internas hasta la falta de tiempo para llevarlas a cabo, los obstáculos pueden llegar a ser numerosos.
A pesar de esto, si bien esta práctica puede parecer abrumadora, toda compañía necesita innovar constantemente para continuar evolucionando en el mercado, y si sabes jugar bien tus cartas, el pitching de nuevas ideas te será natural. Utiliza estos consejos, haz que tus superiores se enamoren del mismo concepto que tienes en mente y alcanza los objetivos que vayan en beneficio de todos.
Mientras preparas la presentación
1. Construye un equipo: si tu idea da un beneficio a todos, no debería ser complicado el obtener apoyo de tus compañeros. Si no eres el único en sugerir un cambio, tendrás un mayor impacto.
2. Llega a la cita bien estudiado: ¿cuáles son tus metas?, ¿cuánto apoyo necesitas?, ¿qué contribución le traerá a la organización? No importa qué tan confiado te sientas con tu pitch, es muy probable que te vayan a hacer preguntas complicadas con el fin de asegurarse que tu proyecto es viable. Prepárate para ese momento.
3. Elabora un resumen: entrega un documento de una página donde presentes lo más importante de tu concepto, así podrá ser evaluado con mayor detenimiento. Procura incluir: la descripción del problema o área de oportunidad, datos duros, los detalles de tu solución y cómo sería implementada, el objetivo final y las mejoras esperadas.
4. Elige el momento indicado: detecta la hora y día adecuados, si tomas a tu superior inmediato en un mal momento, las oportunidades de convencerlo disminuirán considerablemente. Evita los lunes, ya que los inicios de semana traen por lo general estrés y mayor negatividad. Por otro lado, intenta agendar ya más pasada la tarde, cuando tu jefe ya no esté tan ocupado y tenga tiempo de escuchar.
5. Haz una prueba: pide el apoyo de tus compañeros y practica lo que vas a decir, utiliza diferentes tonos y haz pausas durante tu dicción a fin de dar más fuerza a ciertos mensajes. Después de que te hayan escuchado, pregúntales lo siguiente para que asegures que estás listo: ¿creen que definí propiamente el problema a solucionar?, ¿comprarían la idea?, ¿me mostré profesional y confiado?
Durante el pitch
6. Plantea la sugerencia en beneficio de sus metas: proyecta lo que estás planeando en términos de cómo podría ayudar a tu jefe inmediato, ya sea mejorando el rendimiento del equipo de trabajo o generando más ingresos, por ejemplo; lo que los altos mandos quieren saber es cómo tu idea puede ayudarlos a lograr los objetivos de la empresa.
7. Crea un sentido de urgencia: en ocasiones los ejecutivos temen apostar su reputación por lo que no les gusta arriesgarse. Sin embargo, al mencionar la competencia y hacer una comparación directa a ella, puedes generar el fear of missing out (FOMO). Esto significa una aprehensión generalizada de que otros puedan estar teniendo experiencias gratificantes de las cuales uno no está disfrutando.
8. No te intimides: hagas lo que hagas, no dejes que los nervios te venzan. Es normal sentir cierta inquietud acerca de dar una presentación de alto riesgo a un público influyente, pero toma en cuenta que es un logro el ser lo suficientemente valiente como para hacerlo. Adopta una posición de poder: párate recto, haz los hombros hacia atrás y mantén la cabeza erguida.
9. Busca la retroalimentación: al concluir, pregunta por sugerencias. Expertos aseguran que un alto mando es más propenso a efectuar un procedimiento si siente que tuvo un grado de participación en su planeación.
Hacer un pitch exitoso no sólo te pondrá en una buena posición ante tus superiores, también hará que mejores las condiciones laborales tuyas y de tus compañeros. Está en tus manos lograr el convencimiento de los encargados de la toma de decisiones para escuchar el tan anhelado “sí”.
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