Robos de identidad, fraude y pérdida de privacidad, son algunos de los peligros que enfrentan los usuarios al incursionar en este mundo virtual.
Imagina una ciudad en donde puedas vivir, trabajar, comprar, vender y desarrollarte socialmente, pero sin una autoridad que cuide a los ciudadanos, leyes o regulaciones para dictaminar lo que se puede o no hacer. Seguramente sería un desorden y habría mucho caos, básicamente una anarquía. Esa es la realidad del metaverso, mientras no exista un órgano regulador encargado de mantener el orden y gobernar este espacio virtual, garantizando la seguridad de los usuarios.
El metaverso surgió con la promesa de ser un mundo virtual donde los humanos puedan hacer su vida utilizando avatares 3D de sí mismos. Sin embargo, aunque se desarrolla en un espacio digital, el metaverso conecta experiencias de la vida real con las virtuales y por esa razón no puede ser entendido como un mundo ajeno a la sociedad. Debido a esto, las acciones y relaciones realizadas a través de éste deben ser reguladas.
¿Quién debe gobernar este mundo digital?
Ante la necesidad de regulaciones en el metaverso, también surge el controversial debate en torno a quién debe encargarse de esto, el gobierno o las empresas proveedoras del servicio. Al ser un mundo digital cuyo espacio no está delimitado geográficamente se vuelve complicado determinar los límites de la autoridad.
Por un lado, las grandes empresas líderes en tecnología como Microsoft y Meta, entre otras, desde hace unos años han apostado por tecnologías que favorecen el desarrollo de este mundo virtual. Algunas de estas, incluso se reunieron en junio del 2022 para discutir la necesidad de leyes o regulaciones en el Metaverse Standards Forum.
Sin embargo, que estas empresas gobiernen este mundo virtual podría no ser la mejor opción, pues se convertirían en juez y parte de esta sociedad digital. Esto definitivamente podría prestarse a la manipulación de leyes o a la formación de oligopolios en donde solo unas cuantas empresas dominen el metaverso.
Por otro lado, están los gobiernos del mundo, a quienes hasta cierto punto, les corresponde generar leyes para garantizar la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos. Sin embargo, hasta ahora los gobiernos no han mostrado el mismo interés o atención que las empresas en generar regulaciones y se mantienen al margen de las implicaciones legales de estos espacios digitales.
Lo anterior ha generado un vacío de poder en el metaverso y por lo tanto se han creado lagunas legales o áreas grises en diversos aspectos como la compra y venta de activos digitales, la privacidad de los usuarios y muchos otros elementos que ponen en riesgo la seguridad de los miembros de estos espacios digitales.
Privacidad: pueden monitorear nuestras vidas
La tecnología del metaverso va a vulnerar drásticamente la privacidad de las personas si no se generan regulaciones o políticas de privacidad hechas para proteger a los miembros de este mundo virtual. Actualmente a través de las redes sociales, las empresas pueden recopilar una variedad de datos personales de los usuarios, que van desde información de identificación básica, hasta gustos y pasatiempos.
Ahora, gracias al uso de la realidad aumentada y la inteligencia artificial, en estas plataformas quedan registrados básicamente todos los datos de las actividades realizadas por los usuarios. No solo rastrean dónde hacen clic, a dónde van, qué hacen o con quién se juntan. Estas plataformas incluso pueden registrar sus expresiones faciales y tono de voz, mientras los algoritmos de inteligencia artificial utilizan estos datos para predecir estados emocionales y relacionarlos con cierto activo digital adquirido o la actividad realizada.
De esta forma las empresas del metaverso pueden llegar a saber todo acerca de los usuarios y así utilizar esa información para manipular sus deseos, creencias y/o necesidades, con base en los intereses de las compañías.
Ciberseguridad: Posible robo de identidad digital
Al ser un entorno digital donde las personas interactúan a través de avatares 3D, uno de los riesgos latentes es el robo de identidad o la creación de avatares falsos con la finalidad de realizar actividades maliciosas.
El robo de identidad es uno de los principales problemas para los desarrolladores del metaverso. Por un lado, si algún otro usuario tiene acceso a tu avatar, podría utilizarlo para realizar malas prácticas o fraudes sin responsabilizarse.
Por otro lado, al perder sus datos o ser hackeados, los usuarios corren múltiples riesgos: desde chantajes o extorsiones para recuperar su cuenta, hasta robo de monedas virtuales asociadas a monederos digitales o de activos digitales valiosos, como NFTs, propiedades o cualquier coleccionable adquirido en este espacio.
Regulación de activos digitales
En el metaverso, las personas pueden comprar NFTs en forma de ropa, arte, música carros y hasta propiedades. El problema es que no existe un órgano regulador del mercado que evite comportamientos abusivos por parte de los vendedores y otorgue garantías a los consumidores.
Además la tecnología blockchain en la que se apoyan los tokens no fungibles, las criptomonedas y prácticamente todos estos activos digitales no está regulada de modo que, en caso de corromperse el archivo, o haya algún problema inesperado, robo o fraude, no existen garantías para proteger a los involucrados en la transacción. Mientras no existan regulaciones para garantizar intercambios de activos con total seguridad, realizar cualquier compra en el metaverso puede representar un riesgo.
Leyes para regular la conducta de los usuarios
Otro problema importante gira en torno a los límites legales de conducta y quién los vigila. Aunque muchos proyectos de metaverso tienen términos y condiciones de inicio, a través de las cuales pretenden controlar la conducta de los usuarios por medio de un contrato, no exigen reglas para castigar a los usuarios por un mal comportamiento.
Lo anterior da pie a casos de ciberacoso y hostigamiento en el metaverso. Uno de los usuarios elegidos para probar la versión beta de la plataforma de realidad virtual de Facebook, Horizon Worlds en 2021, mencionó haber sido tocado y manoseado virtualmente a través de su avatar, en un espacio de reunión virtual de la plataforma. Facebook respondió señalando que en caso de molestias puede bloquear a cualquier usuario desde su perfil, pero no dijo absolutamente nada de las posibles consecuencias legales de tales acciones.
El problema es que mientras no existan regulaciones destinadas a erradicar este tipo de prácticas, aunque el usuario indisciplinado sea bloqueado, siempre seguirán existiendo otros avatares a los cuales pueda molestar.
Es necesario que las empresas líderes en tecnología a nivel global trabajen en conjunto con los representantes políticos y los diferentes gobiernos del mundo para la creación de un órgano regulador, encargado de proteger a los usuarios del metaverso de estas áreas grises. Solo así, podrán crearse las leyes bien adecuadas a estos mundos digitales, que bien regulados tienen el potencial de cambiar por completo nuestras vidas.