Por Redacción TNE
No es un proceso sencillo, sin embargo es una transición que vale mucho la pena llevar a cabo.
Todas las personas en algún punto de nuestra vida, hemos decidido que es momento de hacer algunos cambios, ya sea dejar la comida rápida, abandonar el hábito de fumar e incluso cosas que parecen tan sencillas como parar de mordernos las uñas.
Según la RAE, un hábito “es un modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, originado por tendencias instintivas”, aunque algunos puedan beneficiarnos, también hay otros bastante perjudiciales que continuamos repitiendo día con día, a menos de que pongamos manos a la obra y nos decidamos a eliminarlos o cambiarlos por otros más beneficiosos.
Ya sea buenos o malos, todos y cada uno de estos hábitos los has hecho tú, sin embargo, así como los creaste también tienes el poder de eliminarlos por completo. Dicho esto te presentamos algunos consejos que te pueden ayudar en el camino a lograrlo:
Identifícalo: aunque suene trillado lo primero que se tiene que hacer es reconocer que se tiene un mal hábito y determinar qué repercusiones nos trae. El identificar esta serie de acciones negativas que nos produce puede ser el mejor aliciente a lograrlo.
Uno por uno: en definitiva todas las personas tenemos varios por no decir muchos malos hábitos, sin embargo es preferible trabajar de uno en uno, ya que el pretender cambiar todos a la vez puede llegar a ser abrumador y perjudicial.
Actúa: si ya decidiste dejarlo, es importante comenzar desde ¡ya!, pues postergar las cosas lo único que te generará es perder el interés y la motivación para lograrlo.
Comprométete: cuando se decide eliminar una mala costumbre, se está hablando de erradicar una conducta la cual hemos llevado a cabo posiblemente durante años, por lo que debe existir un compromiso firme si se quiere eliminar.
Establece metas: define un plan realista, es importante marcar límites ya que el tener un lapso de tiempo para cumplirlo hace que las cosas fluyan con mayor disciplina.
Realiza nuevas actividades: el comenzar con nuevas rutinas, hará que te mantengas distraído, lo que ocupará tu mente haciendo que no pienses en recaer.
No te tientes: hay hábitos como el comer mal o el de fumar que pueden ser más difíciles de erradicar, sin embargo éstos pueden complicarse aún más cuando se frecuentan lugares en donde se llevan a cabo, por ejemplo, es innecesario acompañar a un amigo a un restaurante de comida rápida si estás tratando de dejar de comer mal. Cada quien conoce su propio nivel de fuerza de voluntad, y si crees que el estar ahí te provocará comprar algo, es mejor evitar dicha situación.
Cambia de círculo social: al igual que los lugares que concurres, las personas también pueden afectar tu proceso, aléjate por un tiempo de amigos o conocidos que tienen estos mismos hábitos.
Resiste: indudablemente a lo largo del camino se presentarán momentos de debilidad en los que querrás tirar la toalla, en los que te preguntarás si esto vale la pena… la respuesta siempre va a ser: sí. Recuerda constantemente las acciones negativas que te producen tener este hábito, esto te alentará a continuar y no abandonar el proceso.
No existe una receta perfecta al momento de querer eliminar un mal hábito de nuestra vida, sin embargo la perseverancia y constancia serán algunas de las cualidades que te ayudarán a lograrlo. Estamos conscientes que este proceso no será fácil, sin embargo traerá consigo un gran número de beneficios a tu vida, recuerda que “los malos hábitos es más fácil romperlos que enmendarlos”.