Apóyate en tu equipo de trabajo para diseñar un plan financiero que contribuya a mejorar los ingresos del negocio sin arriesgar su operación.
Por Redacción TNE
Las grandes compañías seguramente definen un plan financiero anual después de prolongadas reuniones en las cuales se exponen presentaciones de PowerPoint y cada líder de departamento intercede por su proyecto para luego recibir un presupuesto, mismo que puede ser sujeto a ajustes según el desempeño del negocio.
Dicho esquema atenta contra la innovación de las pequeñas empresas o de aquellas que están basadas en un modelo digital. ¿Por qué? Si no estás seguro de lograr el éxito con la implementación de un nuevo proyecto, corres el riesgo de posponer el presupuesto hasta que mejoren las condiciones, esto con la intención de evitar un posible fracaso.
A diferencia de los grandes corporativos, existe un modelo adecuado para los nuevos emprendimientos y empresas nativas online, donde existe una conexión directa entre el presupuesto de un proyecto y sus resultados. Además, una de las ventanas de este tipo de negocios reside en su tamaño, donde pocas personas conforman el equipo de trabajo, lo que presenta una ventaja. Por ello, debes ser realista, tomando en cuenta diversos factores:
· Involucra a los colaboradores: todos son afectados por el plan de financiamiento del negocio; por lo tanto, resulta idóneo que estén enterados del mismo e incluso aporten ideas que contribuyan a optimizarlo mejor. Aprovecha que cada empleado posee diferentes habilidades y conocimientos que pueden aportar para optimizar el manejo de los recursos. Es importante mantener actualizado al equipo ante cualquier cambio en el presupuesto, así cada miembro podrá actuar según le corresponda.
· Define los posibles riesgos: las variaciones en el salario o las prestaciones de salud pueden impactar a la fuerza laboral. A esto debes añadirle si los colaboradores son de tiempo completo o temporales o si operas en una región propensa a los desastres naturales que puedan poner en jaque la operación. Estos factores inciden en la productividad de la empresa, por ello considéralos a la hora de planear un presupuesto.
· Comprende tu ciclo de ventas: como bien se dice, hay épocas de vacas gordas y otras de vacas flacas. Resulta imperativo reconocer cuando es tu temporada baja, porque a pesar del poco movimiento del negocio, se generan gastos que debes considerar a fin de que el presupuesto sostenga el negocio. Aprovecha estas temporadas para diseñar estrategias creativas a fin de atraer a nuevos clientes.
· Analiza el presupuesto constantemente: en el mejor de los casos, la empresa crecerá, lo que implica que el plan de financiamiento también quedará sujeto a cambios en el mercado, en los costos o el entorno económico general. Ante estos devenires es importante que como líder de negocio seas consciente y hagas los ajustes financieros necesarios. Así estarás mejor preparado para tomar decisiones más certeras sobre el rumbo que debe tomar la empresa. Recuerda que el objetivo es mantener un balance; si el ingreso aumentó un 30% puedes destinar los recursos para volver a ofrecer un producto o servicio que anteriormente te habías visto en la necesidad de suspender su distribución.
No olvides evaluar el desempeño del año anterior con la intención de generar un pronóstico de lo que pueda ocurrir a futuro y decidir mejor sobre el presupuesto.
· Págate lo justo: como dueño de un nuevo negocio seguramente se te cruzará por la cabeza destinar al presupuesto parte del salario que te corresponde a ti. Sin embargo, esto no es una buena idea; al final del día, también eres un empleado que tiene cuentas por pagar, así que no te sientas culpable por querer compensarte de forma adecuada.
Pensar en un plan financiero para el negocio como si fueras un gran corporativo puede abrumarte. Mejor concéntrate en desarrollar uno que tome en cuentan las fortalezas de ser una empresa pequeña, ya sea física u online.
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