Los representantes de las potencias anglosajonas se negaron a firmar el acta argumentando que regular estrictamente esta tecnología podría frenar la innovación.
Estados Unidos y el Reino Unido se han posicionado en el centro de la conversación de la industria de la inteligencia artificial a nivel global, luego de que la mañana de este martes 11 de febrero ambos países se negaran a participar en una alianza internacional que tiene objetivo desarrollar una IA “abierta, inclusiva, transparente, ética, segura y sostenible”, en la Cumbre de Acción sobre IA celebrada esta semana en París.
En total, 61 países, incluyendo China, Francia, India, Japón, Australia y Canadá, entre muchos otros firmaron la declaración que también pide una mayor colaboración en lo que respecta a la gobernanza de la IA, fomentando un “diálogo global”.
No obstante, ambas potencias anglosajonas optaron por no adherirse, citando preocupaciones sobre el impacto negativo que podría tener el implementar normas demasiado estrictas en torno a la innovación tecnológica.
¿Por qué Estados Unidos y el Reino Unido se negaron a participar en el acuerdo de IA?
A través de un discurso pronunciado durante la ceremonia de clausura de la cumbre, el representante de los Estados Unidos, JD Vance, vicepresidente de la administración de Donald Trump, manifestó que imponer restricciones demasiado estrictas a la IA podría matar a esta “industria transformadora” justo cuando está despegando.
“Debemos fomentar un ecosistema de innovación y no sofocarlo con regulaciones que podrían frenar el progreso”, declaró durante su participación en el evento. “Creemos firmemente que la IA debe permanecer libre de sesgos ideológicos y que la IA estadounidense no será cooptada como una herramienta para la censura autoritaria”, añadió Vance.
Además de lo anterior, antes de dejar el podium, el exsenador de Ohio enfatizó en que “Estados Unidos es el líder mundial en inteligencia artificial” y que su “administración planea mantenerlo así”.
Mientras tanto, aunque el Reino Unido también se negó a participar en el acuerdo, su postura es distinta a la de los norteamericanos. Mediante un comunicado, el gobierno británico justificó su decisión, señalando que aunque estaban “de acuerdo con gran parte de la declaración”, consideró que había algunas partes deficientes y que la iniciativa carecía de claridad en términos del control y gobernanza de la inteligencia artificial a nivel internacional.
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“Después de analizar la propuesta, consideramos que la declaración no aportaba suficiente claridad práctica sobre la gobernanza global ni abordaba satisfactoriamente las cuestiones más difíciles en torno a la seguridad nacional y el desafío que la IA plantea para ella”, declaró un portavoz del gobierno.
El gobierno británico además insistió en la necesidad de un enfoque flexible que permita la adaptación a los cambios tecnológicos constantes sin comprometer el desarrollo del sector.
Preocupaciones en torno a la falta de una resolución común
Algunos pesos pesados en la industria de la IA no tardaron en expresar su preocupación en torno a la falta de consenso en la cumbre de París.
Tal es el caso del CEO de Anthropic, Dario Amodei, quien expresó que el no tener un acuerdo internacional formalmente establecido podría tener repercusiones en el desarrollo de normativas internacionales en la industria, ya que la fragmentación regulatoria podría derivar en un ecosistema dividido, donde distintos bloques económicos adopten reglas diferentes, afectando la interoperabilidad y generando barreras para empresas tecnológicas que operan a nivel global.
El desacuerdo en la Cumbre de París deja en claro que el camino hacia una regulación global de la IA aún está lejos. Mientras algunos países presionan por normativas más estrictas, otros prefieren dar prioridad al crecimiento tecnológico.
Cabe destacar que a pesar de que las diferencias entre Estados Unidos, Reino Unido y el resto de las naciones, los participantes de la cumbre estuvieron de acuerdo en que esta tecnología seguirá transformando al mundo y coincidieron en la importancia de continuar el diálogo para establecer marcos regulatorios que promuevan un equilibrio que permita su desarrollo sin comprometer la seguridad y equidad a nivel global.
Otros importantes anuncios de la cumbre
Además del debate sobre la regulación de la IA, la Cumbre de París fue el escenario de anuncios clave en el ámbito tecnológico. El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció que el gobierno de Francia destinará $109,000 millones de euros en los próximos años a un ambicioso plan de inversión para fortalecer su ecosistema de inteligencia artificial con el objetivo de hacerle frente a proyectos como Stargate respaldado por OpenAI, SoftBank y Oracle.
La inversión económica estará respaldada por entidades clave en la industria incluyendo el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos, la firma canadiense Brookfield y gigantes tecnológicos franceses como Iliad, Orange y Thales, entre otras compañías que impulsarán el desarrollo de infraestructura tecnológica en el país europeo.
Por su parte, China aprovechó la cumbre para reforzar su postura de cooperación global en materia de inteligencia artificial. El viceprimer ministro Zhang Guoqing declaró que el país está dispuesto a compartir sus logros en IA con otras naciones para contribuir a la construcción de “una comunidad con un futuro compartido para la humanidad”.
Este mensaje refuerza la postura de China en cuanto a la diplomacia tecnológica y su interés en establecer lazos con otros países en el desarrollo de esta tecnología.