Una persona que se asegura de hacer siempre las cosas bien, sin la necesidad de que alguien se lo exija o lo supervise, está destinada a ser un líder que crece personal y profesionalmente de forma constante.
“Si no te apegas a tus valores en los momentos difíciles, entonces no son valores: son pasatiempos”. – Jon Stewart
Uno de los valores más determinantes en la vida de todo ser humano sin duda es la integridad. Aunque poco se habla de esta fuerza o voz interna que nos impulsa a hacer las cosas bien, incluso cuando nadie nos está viendo, es una de las virtudes más importantes del liderazgo tanto personal como profesional, por eso es fundamental asegurarse de forjarla diariamente a través de pequeñas acciones que nos fortalezcan para marcar la diferencia en tu vida.
La integridad se construye por quién eres, tus valores, ideales y hábitos, pero sobre todo se define por cómo te comportas, reaccionas, decides y actúas ante determinadas situaciones.
Esto aplica de la misma forma para las empresas y organizaciones, para lo que deben asegurarse que cumplen su promesa y valores, sin la necesidad de que sus clientes anden detrás de ellos y seguramente siempre tendrán consumidores fieles que confiarán cada vez más en ellas.
Esta fuerza que se encuentra en el interior del ser humano, funciona en dos vías: hacia los demás y hacia uno mismo. Esto implica no necesitar de nadie, más que de tu propio valor y carácter para hacer las cosas adecuadamente, únicamente por la mentalidad de ser mejor.
Por un lado, es un elemento clave tanto para la percepción que los demás tienen de ti, como para forjar la autoestima y confianza en uno mismo.
Cuesta trabajo, pero en momentos difíciles, se requiere evitar tentaciones y hacer lo necesario, sobre todo cuando nadie nos está vigilando, ya que es el factor determinante entre convertirse en un verdadero líder al que la gente siga, admire y respete, o mantenerse estancado como un seguidor cuyos valores cambian de acuerdo al contexto y únicamente actúa con base en las opiniones de los demás. Es sumamente importante desarrollar la integridad, pues sin esta virtud sería imposible desarrollar un liderazgo efectivo.
Las empresas y personas con integridad están destinadas al éxito
Se trata de la receta para el éxito personal y organizacional. Quien hace lo correcto incluso cuando nadie los observa, cumple con su palabra, tiene una disciplina inquebrantable, es respetuoso en su actuar y se maneja con transparencia, sin duda alguna destaca sobre los demás. Podemos afirmar que la integridad es una ventaja competitiva en el mercado laboral y empresarial, tanto para las personas como para las organizaciones, que al inspirar responsabilidad, confianza y transparencia crecen al mismo tiempo que impulsan a quienes los rodean a ser mejores.
Para el caso de las empresas seguramente se va a volver mucho más sencillo conseguir nuevos socios, obtener el liderazgo en su mercado, mantener a los colaboradores satisfechos y motivarlos a hacer lo correcto.
¿Qué define a una persona íntegra?
Son muchos factores los que definen la integridad, pero existen dos elementos totalmente necesarios para desarrollarla, sin los que una persona no podría hacerlo: congruencia y fuerza de voluntad.
La congruencia significa la relación coherente entre varias ideas, acciones o pensamientos, por ende, implica decir las cosas y actuar de acuerdo a lo que consideramos correcto en todo momento, sin importar las circunstancias que nos rodeen.
¿Cómo podemos forjar la integridad?
La mayoría de la gente afirma ser integro, sin embargo, muchos fallan cuando se trata de hacer lo correcto al ser tentadas alternativas que otorgan mayor reconocimiento, son más fáciles, convenientes o brindan beneficios instantáneos, especialmente cuando no se sienten observadas.
Sin embargo, a la larga esto no funciona, la verdad eventualmente sale a la luz y las personas sin integridad a menudo sufren problemas tanto en lo personal como en lo laboral. En cuanto a las empresas, una organización que únicamente hace bien las cosas cuando la observan, pierde credibilidad, cierra sus puertas a nuevos clientes, dejando ir oportunidades que podrían aprovechar para alcanzar sus metas.
Por eso es sumamente importante trabajar día con día y realizar pequeñas acciones cotidianas que te ayuden a fortalecer el carácter, ya que quien es frágil, puede perder su integridad fácilmente en momentos retadores:
- Dale peso a tu palabra
Tu palabra lo es todo, respetarla es lo que te hará una persona confiable con la cual todos estén dispuestas a trabajar y hacer negocios. Si cumples contigo mismo, como consecuencia estarás cumpliendo con los demás y jamás necesitarás que nadie ande tras de ti para hacer las cosas bien.
- Mantente enfocado
En los momentos difíciles es tu enfoque lo que te hace seguir adelante, tomar las decisiones adecuadas y hacer las cosas bien, aunque nadie te esté presionando, ya que al tener bien claro lo que quieres, es mucho más fácil guiar tus acciones con base en ello. Por otro lado, si no tienes un enfoque definido, es más probable que en situaciones retadoras caigas en la tentación y dañes tu integridad.
- Comunícate claramente
Evita hablar impulsivamente, reflexiona bien lo que vas a decir o prometer antes de hacerlo, ya que si no te comunicas claramente puedes generar falsas expectativas, decepcionar a otras personas o afectar la percepción de tu integridad. Es fundamental tomarte tu tiempo para pensar tus palabras antes de hablar, para asegurarte de no dar pie a malas interpretaciones.
- Sé congruente
Parte de tu integridad es que seas auténtico y honesto tanto contigo mismo como con los demás. Esto quiere decir que las diversas facetas que tienes en tu vida no se contradigan, sino que sumen a una misma identidad integral que a su vez forje tu personalidad. Asegúrate de actuar con base en tu enfoque, valores e ideales, sin importar el contexto.
- Lidera sin cargo
Esfuérzate por hacer las cosas mejor de lo que se expera, da el extra y busca la manera de siempre apoyar a tus compañeros de trabajo, sea cual sea tu posición laboral. Sin duda te ayudará a crecer tanto en tu vida personal, como en tu trabajo. Al actuar diariamente como un líder, demostrarás a tus superiores que estás listo para mayores retos y poco a poco irás ascendiendo en el organigrama de la empresa a la que perteneces.
“Liderar sin título es derivar tu poder dentro de la organización, no de acuerdo a tu posición, sino de tu competencia, eficacia, relaciones, excelencia, innovación y ética.” – Robin Sharma
- Sé respetuoso
Cuando tratas bien a los demás, sin importar el contexto o quién está viendo, fortaleces tu liderazgo y demuestras tu carácter ante las adversidades. Los verdaderos líderes íntegros son aquellos que saben reaccionar y respetarse tanto a sí mismos como a los demás en cualquier circunstancia.
- Planea tu día y apégate a él
Planificar tus actividades diariamente te permite alcanzar tus objetivos de una manera más ágil, ya que te ayuda a visualizar los tiempos y cumplir con tus responsabilidades sin que nadie tenga que recordarte, pero si no cumples con tu horario y compromisos, de nada sirve. Apégate a tu agenda al pie de la letra y verás cómo se vuelve más sencillo hacer las cosas correctamente sin que nadie te esté observando, al mismo tiempo que te conviertes en una persona más eficiente.
- Fortalece tu disciplina
Realizar diariamente acciones cotidianas que te ayuden a trabajar en tu fuerza de voluntad, indudablemente te ayudarán a reforzar tu disciplina. Establecer una rutina, comer bien, hacer ejercicio y apegarte a tus ideales, son algunos ejemplos de actividades que te ayudarán a forjar tu carácter y hacer siempre las cosas bien, sin importar si hay alguien detrás de ti.
La integridad es una virtud que te llevará a lograr lo que quieres en esta vida, trabájala diariamente a través de pequeñas acciones y en menos de lo que crees verás cómo esta virtud se reflejará en el cumplimiento de tus metas personales y profesionales.