Sé extremadamente profesional
• Prepara tu información previamente y asegúrate de aportarles valor a tus asistentes, no los hagas perder el tiempo.
• Enfócate en tres metas importantes al planear tu presentación: educar, entretener y motivar.
• Practica cuantas veces sean necesarias, debes dominar lo que vas a presentar, sin necesidad de usar apoyo visual.
• Llega con suficiente tiempo de anticipación y con todo lo necesario, si das una mala impresión desde el inicio, los asistentes perderán el interés.
Involucra a tu público
• Conoce a tu audiencia perfectamente; su edad, nivel socioeconómico, educación, intereses, ideologías políticas, etc.
• Comienza tu plática con algo que los enganche, ya sea del mismo tema como una estadística, dato o bien un chiste que ayude a romper el hielo.
• Desarrolla la capacidad de poder contar una historia personal, ya sea de éxito o fracaso, esto te ayudará a capturar al público.
• Ten total confianza en ti mismo y en lo que estás haciendo, la inseguridad se contagia al auditorio.
Apégate a las reglas de oro
• Cuida tu lenguaje corporal; quienes te escuchan perciben cuando estás nervioso, enojado, entusiasmado, etc.
• Grábate: identifica muletillas o tics y elimínalas, de nada sirve seguir practicando si no mejoras tu técnica.
• No te extiendas demasiado, evita volver tediosa tu presentación.
• Jamás utilices tus diapositivas como si fueran un prompter.
• Ten un efectivo contacto visual.
• Prepara material atractivo como apoyo.
Recuerda que aunque tu mensaje sea convincente, la manera en que lo expresas hace la verdadera diferencia, cuida aspectos no verbales, incrementa tu seguridad y contagia a tu audiencia.
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